En un canal del irc (I)
Fecha: 13/04/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Lo que se describe aquí aconteció hace ya más de 2 años en los cuales las cosas han ido a mejor entre mi pareja y yo. Me llamo Roberto y mi esposa María. Ella es dos años mayor que yo, 30 años. Yo soy un chico normalito, mido 175 cm, ojos negros, moreno, peso alrededor de 80 kilos y ancho de espaldas. María es una mujer de esas que no parecen tanto pero que no se dejan de ver: mide 169 cm, morena de pelo corto, ojos azules, delgada, pesa solo 57 kilos y con unas caderas de muerte. De pecho tiene 100 y una cintura de niña. Muchas veces bromeábamos en que se podía poner ropa de cuando tenía 15 años. En el sexo nos llevamos de lo mejor. Mi mujer es de las que cuando se ponen a tope gritan y gimen de verdad, no buscando el orgasmo del hombre, sino de puro placer. Lo hacíamos de todas las formas. Su coño era para mí como una vaina para la espada que poseo, no mucho, unos 16 cm pero aguanto mucho y puedo correrme varias veces en una misma hora sin descanso. Eso es algo que la pone cachonda y muchas veces nos pasábamos toda la tarde en el dale que te pego sin descanso. Sin embargo, en el aspecto de las mamadas sólo iban por mi parte ya que ella se mostraba renuente y las veces que lo hacia era casi obligada cuando lo que yo quería es que lo hiciera algo más natural.
En uno de sus viajes de trabajo me quedé solo en casa yo durante dos semanas. Como teníamos Internet me pegaba una buenas charlas con ella por algún chat y nos contábamos las tonterías que cometeríamos nada más ...
... vernos. A los dos días de haberse marchado encontré una de intercambios de pareja y entré a ver de qué iba la cosa. Hablé con algunas parejas y chicas del lugar y me fui enterando poco a poco y aficionándome también de tal manera que me daba la una de la mañana chateando. En uno de esos encuentros me tropecé con un matrimonio de nuestra zona, algo mayores que nosotros. Alberto de unos 43 años y Elena de 38, ambos heterosexuales, los cuales tenían cierta experiencia en este tipo de contactos. Hubo química desde el principio y hablamos mucho de las relaciones de pareja y del hastío que cunde a veces con el tiempo. Alberto y yo congeniamos desde el principio y nos comentamos muchas cosas de nuestras parejas intercambiando intimidades. Así llegué a saber que una de sus ilusiones era la de estar con una tía de mucho pecho ya que Elena, aunque no era una tabla no tenía mucho. Por mi parte le dije que la mía era que me hicieran una mamada en condiciones y le expliqué que mi mujer no estaba por la labor. Cuando lo supo me dijo que con Elena nunca le había pasado eso sino al revés, le encantaba hacer mamadas largas y tragaba toda la leche que podía.
A mí por la cabeza no me pasaba el conocernos pero no dejo de reconocer que la idea me rondaba cerca. Después de una semana de chat Alberto nos intercambiamos algunas fotos de nuestras respectivas mujeres e incluso un pequeño vídeo de 5 minutos de Elena y el hecho en su casa, y allí empezó todo. De verla la polla se me puso dura. Medía unos ...