LAS MUJERES DE PAPA 4.1
Fecha: 26/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues
... balbuceaba una y otra vez que la quería toda, que la sentía rica. Que rica, que rica que la tienes, que rica. Dámela toda, la quiero toda, la quiero hasta adentro – me pedía. Sus deseos y el ego varonil por satisfacer a una hembra me hacían culearla con toda las ganas, duro. Mi pene entraba en aquella vagina sintiendo el mejor de los placeres, podía sentir su calentura interior, sus paredes estrechas abriéndome paso, podía sentir mis huevos balanceándose como campana intentando seguir el ritmo con que follabanos. La cama crujía bajo nosotros, todo en aquel cuarto delataba sexo. Incluso el aire se había contaminado por nuestros instintos de lujuria. Un intenso gemido de mi hermano me hizo girar la cabeza hacia donde estaba, había llegado al límite. Se estaba pajeando frente a la cara de Isabel, su mano bajaba tan rápido como su cuerpo le permitía, nuestra precoz hermanita con su pequeña boca frente a él esperando. Le gustaba la leche, la recibía como si del mejor manjar se tratará. La saboreaba con su lengua, la tomaba de su cara con los dedos y se la llevaba a los labios. Nadie creería que aquella niña sin tetas era adicta al semen, quizá ni ella misma si tuviera que verse en un espejo. Los espasmos vaginales de Lily me hicieron saber que había llegado a su orgasmo, una idea concebida en segundos me hizo cambiar el ritmo de aquella historia de sexo. Mi hermano estaba acabando y nuestra hermana también. Decidí que podían terminar juntos. Quieres echarle la leche a Lily – ...
... pregunté. Me miro. Había abierto los ojos aunque su mano seguía subiendo y bajando sobre su pene, mi hermana también me miraba aunque yo seguía culeándola. Ella tampoco dejó de moverse. Quizá los tres coincidíamos en que aquello era demasiado excitante como para romper el hilo. Los ojos de aprobación de Lily me decidieron, le saque la polla y me baje de la cama dejándole espacio a mi hermano. Fueron segundos y ahí estábamos. Mi hermanita de tan sólo 12 recibiendo entre sus piernas a su otro hermano de tan sólo 2 años mayor que ella. Los vi acomodarse, el colocándole la verga en la entrada de su puchita y sin mayor preámbulo de la dejo ir hasta adentro. Ella colocó sus manos sobre las caderas de él como si quisiera halarlo contra si, como si quisiera tenerlo todo adentro de ella. Al parecer aquellos segundos que hablamos parado en hacer el cambio no habían afectado en nada el tren de excitación en ellos, Lily había vuelto ser la misma. Se movía ricamente buscando que cada embestida pudiera cazar el pene que le estaban dando, mi hermano culeandola sabroso, con fuerza. Evidentemente lo estaban disfrutando. Todo aquello había ocurrido en segundos. Yo me había sentado a la orilla de la cama donde antes había estado mi hermano con Isabel, quien por la expresión de su carita de niña talvez era la que no sabía que seguía. Estaba desnuda, su puchita apenas y dejaba escapar aquella pepita que yo sabía le gustaba le acariciaran, que se la mordieran, que se la chuparan y porque no hasta que ...