Doña Clara una madre puritana
Fecha: 14/04/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Alins, Fuente: SexoSinTabues
Los Díaz eran una familia tradicional de la España de los 70. Vivian en Leganés, pueblo próximo a Madrid, y estaba compuesta por Rafael el padre, con un empleo humilde en una fabrica cerca del pueblo. Pedro el hijo estudiaba el bachillerato y Clara la madre, conocida en el vecindario por Doña Clara, mujer muy religiosa de costumbres muy tradicionales daba clases de religión en el colegio de Pedrito. Doña Clara tenía unos 47 años muy bien llevados. Muy guapa de cara, no era gorda pero tenía curvas generosas, su cuerpo iba tapado casi siempre por amplias vestimentas que lo disimulaban. En aquella época Pedrito, de 17 años de edad, ya había tenido sus primeras experiencias sexuales, era bastante espabilado, pero debido a la moralidad existente casi todo lo que sabía era debido a las numeras revistas porno que circulaban entre sus amigos. Todo cambio para él cuando un día en los baños del colegio escucho si querer una conversación entre varios muchachos: - La que esta buena es Doña Clara - Menudas tetas tiene – dijo uno - Y que culazo –le contestaron - Yo me la follaba por todos los lados Pedro estuvo a punto de salir pero se contuvo. Luego pensó en su puritana madre. Como era posible que aquellos chavales hablaran así de su madre. Sin darse cuenta tuvo una erección con su madre en sus pensamientos. Las hormonas habían podido con él. Se avergonzó Desde entonces empezó a observar y mirar a su madre de otra manera. Como seria su cuerpo, sus tetas su culo…. Poco después su querida ...
... madre pasó a ser la musa de sus numerosos pajotes. Doña Clara había perdido todo interés por el sexo. Su sexualidad se había apagado poco a poco con el paso de los años, tampoco ayudaba su marido varios años mayor que ella que apenas la tocaba. Quizás por eso se había refugiado en sus quehaceres del hogar y en la religión. Para Pedro era la mujer más próxima, pero por mucho que lo intentaba no le veía a su madre mas allá que por debajo de las rodillas. Había intentado mil cosas pero la máximo que pudo ver es parte de su blanco culo un dia de campo cuando su madre se escapó para hacer sus necesidades. Pero un día quiso dar un paso más arriesgado y cuando sabía que estaba en el baño duchándose, entro de sopetón encontrando a su madre en pelotas , que rápidamente y cogiendo una toalla le ordeno salir. En centésimas de segundo el cerebro de Pedro proceso todo lo rápido que pudo la sugerente visión, sus pechos generosos y algo caídos con grandes pezones oscuros, sus muslos torneados, y su frondoso bosque púbico. Desde entonces el ritmo de las masturbaciones de Pedro aumento frenéticamente. Doña Clara no le dio mayor importancia. Lo que si había notado Doña Clara eran algunos restregones, que ella interpreto sin malas intenciones. Estaba un poco mosca pues cada vez eran más frecuentes. La cosa cambio cuando un día le pidió a su hijo que la acompañara a Madrid a realizar unas gestiones. El autobús que los llevaba estaba repleto, y por tratar de evitar el contacto de sus pechos con el ...