TU, SIN MI - Relatos Eróticos

TU, SIN MI

TU, SIN MI

Hay silencio en la casa, los niños salieron hace un rato, acompañan al papá en ese domingo de futbol.

Cual tigresa en cautiverio, caminas en tu cuarto de un lado para otro, sabiendo que el avión que me lleva de regreso a casa, está a punto de partir; la ansiedad hace presa de ti, cómo no escuchar mi voz una vez mas ¡!

En tu mente se aglomeran recuerdos aún frescos de palabras acalladas por labios voraces, recuerdos aun tibios de abrazos apasionados danzando entre susurros inentendibles y que despertaron aquel volcán que dormía muy dentro de ti.

Tu piel se eriza; es increíble para ti, descubrir que esa emoción convivía aun contigo.

Allí frente a tu ventana y mientras tu mirada se abstrae en el infinito, tus dedos estrujan instintivamente los botones de tu blusa; tu mente vuela y te has vuelto a imaginar en aquella habitación, testigo mudo de aquel encuentro furtivo.

Cierras las cortinas y en tu camino alcanzas a mirarte frente al tocador; te contemplas y una sonrisa maliciosa se dibuja en tus labios; el haber despertado emociones en mi, te hace sentir bella…. hermosa, pero sobre todo, hace que te sientas muy mujer.

Mientras yo ...

... abordo mi vuelo a las afueras de tu ciudad, desde lo mas íntimo de tu ser, tu me anhelas junto a ti en esa habitación; te encuentras allí solo para mi, ese rincón de tu casa es totalmente nuestro ahora;

Te diriges a tu lecho siguiendo el holograma que tus hormonas proyectan sobre el; soy yo, aquel hombre secreto convertido ahora en el escape de tu mente.

Mientras caminas, tu ropa ha ido cayendo por el suelo, te recuestas en ese cálido nido, no habría mejor lugar si yo estuviese allí.

Tu mirada se dirige al vacío y en medio de ese mar de recuerdos, tu mente que vuela, tus dedos que juegan, se convierten en olas que van y vienen, tus labios se secan y te recuerdan el sabor de la pasión, tu cuerpo se rinde.

Tus piernas se extienden emulando la nave que a casa me lleva en estos momentos, me llamas!! y cual brioso Pegaso yo llego hasta aquel monte donde se reúnen tu pasión y la mía.

El silencio se acaba, el fuego que no se detiene y aquella explosión que ya no espera y que estremece.

Mi avión se eleva sobre tu ciudad mientras mis labios llevan ese sabor salado que he recogido de ti, tu soledad hoy me ha llevado a ti de la manera mas antigua de amar.