1. Mis vacaciones en el planeta Barlovento


    Fecha: 25/04/2020, Categorías: Bisexuales Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    Mes de julio de año 2050. Sábado por la mañana.
    
    Dentro de quince días comienzo las vacaciones estivales y se me plantea un dilema: que no sé dónde disfrutarlas. El Mundo lo tengo tan visto y pateado, que no me seduce pasarlas en ninguna parte del mismo. Hoy, se puede ir desde España a Australia en 30 minutos; pero ahora es invierno allí, y aunque Melbourne y Sídney son ciudades encantadoras, no me apetece volver, ya que tengo algunos recuerdos que siguen aturdiendo mi mente.
    
    Las tres Américas me aburren, y aunque en el “Centella Bus” te plantas en Nueva York, Buenos Aires, México o en Montreal en 15 minutos, todos los fines de semana voy en busca de las emociones que ya no las encuentro como antaño las hallaba.
    
    Y la verdad, el Extremo y Medio Oriente siguen igual que hace 50 años. Eso de que mis compañeras de viaje tengan que ir con velo o con el burka, no me maravilla nada (y menos a ellas). Y eso que en el “Meteoro bus” te plantas en Bagdad o Irak en diez minutos. Pero no.
    
    Sin solventar donde ir este mes de agosto, suena el teléfono de la mesilla de noche.
    
    -Ringggg …. Ringgggg…. Rinnnnggg
    
    -Diga.
    
    -Hola Félix.Soy Fernando.
    
    -¡Y qué cullons quieres tú, a esta hora tan temprana!
    
    -Coño Félix, qué son ya las doce de la mañana.
    
    -¡Hosti tú! Es verdad. Dime, Fernando.
    
    -Que Jesús y yo, hemos acordado ¡por fin! Dónde pasar las vacaciones ¿Te acuerdas que el otro día hablamos del tema?
    
    -¡Qué si me acuerdo! El tema que me tiene jodido; llevo todo el ...
    ... día dando vueltas a ver a donde ir y no lo sé ¿A dónde vais, vosotros?
    
    -A Barlovento.
    
    -¡Coño! ¿Al Planeta donde siempre sopla el viento? ¡Qué guay! ¡Y yo qué!
    
    -Tranki Tronko. Qué te hemos reservado un pasaje; y gracias a las influencias de Jesús con la Cía. de viajes siderales “Aéreo Espacial” hemos conseguido los tres últimos que quedaban.
    
    -¿Pero… vamos a ir “sin titis”?
    
    -¡Titis! No hombre no, no hacen falta. Ir a Barlovento con “terrícolas” es como ir a vendimiar y llevar uvas de postre.
    
    -¿Y están buenas las “Barloventeñas”?
    
    -Bueno…
    
    -¿Qué pasa tío? Te noto con dudas.
    
    -Verás colega. Es que resulta que en Barlovento sólo existe un sexo…
    
    -¡No jodas, tío! ¿Y cómo trajinan?
    
    -No les supone ningún problema. Lo tienen solucionado.
    
    -¿Cómo macho, no lo pillo?
    
    -Pues… Que son machos y hembras en un mismo cuerpo.
    
    -Sigo sin pillarlo. Eso no puede ser, es imposible.
    
    -¡Joder! qué torpe eres Félix. En la Tierra, sabemos que no, pero los barloventeños tienen “el mástil y las velas” juntos. Bueno, separados para situarlos según de que parte venga el viento.
    
    -Pues sigo sin pillarlo, tío
    
    -Sí hombre, sí. Los barloventeños sitúan las velas y el mástil según sopla el viento. Si avienta de levante, izan las velas para que se puedan “ventilar al instante”; y si bufa de “poniente”, “pliegan las velas y elevan el mástil” para que directamente (de recto) cesen las ventoleras. ¿Comprendes, Felisin Barderas?
    
    No lo tenía muy claro; pero cuando llegué a ...
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