1. Enamorado de ella


    Fecha: 28/04/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... agache, comencé a besarle las piernas, ingles y nalgas, como pude me senté metí mi cabeza entre sus piernas e inicié una mamada a su vagina, le di ciertas mordidas a su clítoris, me empujaba mi cabeza y se abría más de piernas, mientras con mis dos manos la empujaba de sus glúteos, fue una sensación deliciosa. Preferimos continuar en la cama, por lo que allá nos fuimos.Aún mojados pues no nos secamos bien, la acosté en la cama y continué lo que quedó pendiente en la ducha, me acabé a besos, succiones y mamadas su clítoris, explotó en un orgasmo que la hizo pararse en forma inmediata, sus ojos reflejaban el estado de excitación en el que nos encontrábamos, me recompensó con una mamada, me excitaba más el verla como me besaba mi pene y se lo engullía que la propia acción de la felación.Una vez hubo levantado mi pene, se sentó sobre él, se levantó los cabellos y comenzó a cabalgar sobre él, por mi parte la ayudaba sosteniéndola de las caderas, le tocaba y casi arrancaba sus tetas, empezó a sufrir una especie de espasmos cada vez que se excitaba con la cabalgada, me agarraba de mi pecho, gritaba y gemía como posesa.Le agarré sus bien dotadas nalgas y le comencé a meter un dedo en su ano, cosa que la excitó, me miró con unos ojos ...
    ... exorbitantes y ambos volvimos a tener un orgasmo simultaneo. Terminamos agotados, ella sobre mi y aún con mi pene flácido en su chorreante vagina.Estuvimos un buen tiempo acostados, descansando, la veía y me veía, nos sonreíamos. Habían pasado ya un par de horas tal vez, no quería que terminara. No quería hablar de nada, sólo aprovechar el momento.Cuando recobramos fuerzas continuamos besándonos y tocándonos le di vuelta, me puse sobre ella, la penetré vaginalmente por atrás quería sentir sus nalgas en mi, fue una penetración más bien con ternura, le besaba su cuello y espalda, mientras mis movimientos se iban apurando, cosa que ocasionó que nos incorporáramos y quedáramos en mejor posición, ella agachada me daba más facilidad en la penetración, ayudándome de sus caderas la jalaba hacia mi, comenzaba a sentir el cansancio de los polvos anteriores, por lo que no tardé mucho en venirme, mi idea de penetrarla por su ano, quedaría para más adelante.Nos arreglamos, salimos del motel, la dejé en el mismo lugar donde la recogí, era jueves, el sábado nos veríamos seguramente, una vez más, con los amigos.En efecto, ese sábado nos vimos. Su esposo nos dio la noticia que se irían a Australia a vivir por motivo de trabajo, así sin más. 
«12345»