me daba miedo ahora soy la mujer mas feliz del mundo
Fecha: 04/05/2020,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... espera del acontecimiento definitorio, con mi corazón palpitando bastante acelerado, montándome más de un par de veces, para luego bajarse, mi respiración se hacía más entrecortada, previo a estos preparativos, Juan no dejaba de acariciar mi cuerpo, creo que tan o más expectante que yo. Por fin, me montó, sintiendo su verga rozar entre mis glúteos, intentado introducirme su verga, en un alocado bombeo donde no llegaba a acertar con el objetivo deseado, hasta que hábilmente Juan lo ayudo, con cierta impaciencia, cuando sentí como mi cavidad era profanada por su pene animal. Mi respiración parecía estremecerse cada vez más, ante esa nueva sensación, mientras Joey iniciaba una serie de movimientos para intentar acoplarse. Apenas su verga, estaba en mi aposento, al sentir su contacto, previo a su fuerte impacto, gemí asombrada, sintiendo su calidez, y una alocada fricción sobre las paredes de mi membrana. Sus patas se aferraron a mi acrecentada cintura, aumentando su agitación sobre mi contextura, a la vez que percibía como si su verga aumentaba su volumen, apoderándose de mi útero, mientras sus empellones parecían enardecerse a medida que se iba efectuando el bombeo, movilizando tanto mi cuerpo como mis abultadas tetas. Sentía muy cerca de mi cara, el ritmo que producía su jadeo, a la vez que sus patas me apresaban más fuertemente como para evitar que me escapase, proyectándome a un clímax muy especial. Cuando su verga llegó a su máxima expresión, los movimientos mermaron ...
... aunque me producía la impresión que querer adsorber mi matriz, no tenía dudas que el crecimiento de su verga había tomado posesión de mi interior, comenzando al sentir ese contacto. Me sentía totalmente poseída por esa furia sexual e incontrolable, su verga parecía seguir creciendo en mi útero, apropiándose cada vez más, su bola que había llegado a la totalidad de su volumen, impedía su salida, quedando apresada en el interior de mi vagina, los movimientos se hicieron más lentos, fue en ese momento que su esperma cálida y cuantiosa comenzó a regar mi seno, en donde una ola de orgasmos comenzó a estremecerse en mi interior. No me cabían dudas que era su hembra, y me encantaba reconocerlo, cuando un orgasmo arrebato mi cuerpo ensamblado. Su baba caía sobre mi espalda, cuando su esperma comenzó a regar mi claustro, me sentía algo deshonrada, por la situación, al sentirme abrazada por el animal, mientras me fecundaba con su simiente. No podía creer que me estaba sucediendo, Joey no dejaba de poseerme como si fuese su par, era una escena totalmente obscena, salvaje e inmoral, pero a pesar de eso, llena de lujuria, tanto de la parte del perro, como mía al entregarme a su rudo instinto. Traté de contenerlo, pero apenas acabó en mi interior, intentó salirse, no fue fácil, pero después de un esfuerzo su bola zafó de mis labios vaginales, acompañado de una cascada de su semen, cayendo al piso. Lamio mi vagina, y posteriormente su verga roja, la agitación hizo que me mantuviese quieta ...