El novio de mamá (final)
Fecha: 06/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
No puedo describirles la impresión que me causó, sólo decirles que fue una emoción intensa y profunda… Yo había visto hombres desnudos solamente en esa página web de maduros y viejos que les mencioné, ¡pero Emilio era de carne y hueso!... Y además, la clase de hombre que me calienta tanto… Hombre entrado en años con una tupida pelambre grisácea en su pecho, algo de panza aunque no demasiado, la piel blanca, muy blanca y cierta flacidez de sus carnes…
-Hola, Jorgito hermoso… -saludó mientras se acercaba a mi cama y yo tenía mi vista clavada en su pija, que estaba a media asta…
-Ho… hola, Emilio… -pude contestar dificultosamente, ganado por el miedo y el deseo al mismo tiempo… ¡Tanto fantasear con hombre mayores y ahí tenía a uno sentado en el borde de mi cama!... Y yo temblaba de pies a cabeza debajo de la sábana…
-Tranquilo, querido, tranquilo… -me dijo él y trató de correr la sábana, pero yo me aferré con ambas manos al borde, para evitarlo…
-No, Jorgito, me estás haciendo enojar… -dijo él con el ceño fruncido, y yo… ¡ay!, sentí que me gustó esa muestra de autoridad… Me gustó y me… me excitó… A lo mejor fue que estaba extrañando a mi papá y a su autoridad de jefe de familia… Lo cierto fue que me relajé y él entonces pudo correr la sábana, el velo que me había mantenido oculto…
Sus ojos me recorrieron en una mirada lenta y caliente varias veces… Después empezó a acariciarme… Su mano derecha se posó en mi cuello:
-Lindo cuello, Jorgito, largo y fino como el ...
... de un cisne…
Yo respiraba con la boca abierta, con miedo y ansiedad al mismo tiempo, sintiéndome cada vez más en manos de ese hombre…
Su mano empezó a bajar lenta hasta que llegó a mi tetilla derecha y entonces se puso a jugar con mi pezoncito… Entonces mi excitación hizo que empezara a jadear, a gemir y a rogarle:
-No… Por favor, Emilio, déjeme… No… no siga… déjeme…
Él emitió una risita y dijo:
-Estás mintiendo, Jorgito… Estás muy caliente…
La tensión interna entre mi excitación y mi miedo me tenían al borde del llanto y él se dio cuenta:
-Relajate, Jorgito… Tranquilo… No te resistas al placer que estás sintiendo… No te resistas a las ganas que tenés de que yo avance… Relajate, nene lindo…
-Ay, Emilio, es que… es que tengo mucho miedo…
-Pero tenés muchas ganas también…
-S… sí… Es cierto… -entonces él se puso de pie y exhibió ante mis ojos deslumbrados su verga ya totalmente erecta…
-Agarrala, Jorgito… Vamos, agarrala…
Ya no pude más y la agarré… ¡Ardiendo de ganas la agarré!... Qué sensación tan linda, tan voluptuosa fue sobar ese ariete de carne palpitante…
-Abrí la boca, Jorgito…
Y la abrí y me incliné un poco y me metí la verga de Emilio en la boca y empecé a chuparla mientras él me elogiaba entre suspiros y jadeos:
-Bien… Muy bien, nene putito… Muy bien… Qué putito sos, Jorgito…
Entonces me la saqué por un momento de la boca:
-S… sí, Emilio, tiene… tiene razón, soy… soy putito… -y seguí chupando hasta que esa verga soltó ...