1. EL SUEÑO DE MARIBEL SE HIZO REALIDAD II


    Fecha: 08/05/2020, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Cuando llegamos al pueblo fuimos a la casa de Maribel, estaba aparcado al lado el coche de Daniel, pero dentro de la casa no había nadie, así que dejamos las bolsas de viaje de Ana y mía en mi coche. Mientras dábamos un paseo por las bonitas calles de aquel maravilloso pueblecito nos preguntábamos donde podrían estar, pero para no dar muchas vueltas Ana llamó a Maribel por el móvil. _ ¿Dónde estais?……., ¿y eso donde está?....., ¡Ah vale! Pues esperarnos ahí que ahora vamos. _ Me ha dicho que están en un bareto de una bocacalle de la calle principal tomando un chupito. _ Está es la calle principal (le dije yo). Dos bocacalles más allá giramos hacia abajo por una que parecía tener un lugar con un letrero de lo que debería ser un bar. Nos asomamos y efectivamente, allí estaban, Maribel sentada en un taburete y flanqueada por los dos tíos que yo había conocido en la ciudad antes de que tomaran su coche y vinieran para acá. _ Pues si que habéis tardado…., ¿en que os habéis entretenido? Dijo Maribel con bastante sorna. _ Es que tardamos bastante en coger las cosas hasta que éste hizo la bolsa (Ana respondió vacilante refiriéndose a mí). (No si ahora encima dirá que nos entretuvimos porque yo había parado para hacerle una comida de coño por el camino….., con lo cotorra que es…..) _ Sí, si, ya nos contareis… (dijo el tal Daniel medio en broma) Ana y yo nos pedimos unas copitas aunque no habíamos comido (bueno algo si me había comido yo…, el estupendo coño de Ana). Estuvimos ...
    ... charlando y riendo animadamente durante un buen rato. Me fije que Maribel llevaba un sujetador rojo, dado que se veían asomar los tirantes del mismo en los hombros por detrás de la camisetita que llevaba; de vez en cuando le echaba un vistazo a los muslos de Maribel sentadita en aquel taburete, pude observar como alguna vez se tiraba hacia abajo de su falda con ambas manos, lo cual me hizo pensar que se había percatado de mis miradas. En un momento dado a Ana se le cayo el mechero que había dejado al lado del tabaco encima de la barra, yo amablemente me agache para recogérselo, y de paso aproveché la situación para mirar a la entrepierna de Maribel…. ¡Joder!, ¡será hija de puta!, la muy cabrona llevaba también un tangazo rojo impresionante, por lo que pude adivinar en los dos o tres segundos que me quedé mirando en la operación de agacharme a recoger el mechero. Al levantarme miré a Maribel que esbozaba una sonrisa picarona advirtiendo lo que yo acababa de hacer. Un pequeño nerviosismo invadió todo mi cuerpo recordando aquellos conjuntos de tanga y sujetador que Maribel se ponía cunado follábamos, y que ahora llevaba puesto bajo su falda y camiseta. Miré a Ana, no siendo que también se hubiera dado cuenta de lo que yo acababa de hacer y que anteriormente había hecho con ella al venir hacía aquí, y dijese: _ ¡Vaya con el salido este!, no pierde la mínima oportunidad…. (pero ella seguía a lo suyo, rajando) Estuvimos en dos garitos hasta las ocho de la tarde, yendo por la calle hacia la ...
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