1. Las tetas de mamá VII


    Fecha: 08/05/2020, Categorías: Incesto Autor: Vallekanito, Fuente: SexoSinTabues

    ... vestido que estaba bastante arrugado después de tanto trajín, se desabrochó el sujetador, sus tetas aparecieron, las sopesó con ambas manos, parecía mentira lo que esas tetas habían cambiado su vida. Cogió unas bragas y el camisón de la maleta y se lo puso, se acostó, aún tenía el culo algo dolorido, pero con lo cansada que estaba, esperaba poder dormir. Se durmió enseguida, estuvo toda la noche soñando con su marido y su hijo, le hacían de todo y a ella le gustaba, disfrutaba como una loca, el resultado fue que amaneció toda excitada, no se lo podía creer, a ella nunca le había apasionado el sexo, pero de un tiempo a esta parte no podía pensar en otra cosa, se levantó y se quitó las bragas, tenía que poner fin a su calentura, seguro que Jesús estaba dispuesto a hacerlo. Jesús estaba desayunando en la cocina, en pijama, cuando vió aparecer a Pilar, lo primero que hizo fue fijarse en que no llevaba sujetador, las tetas se le meneaba según andaba. - Hola, Pilar¿Qué tal has dormido? - Bien, he soñado contigo y con el chico. - ¡Ah!, ¿Y que tal? - ¿Tu que crees? - Ven aquí. Jesús se bajó el pantalón del pijama, él tampoco llevaba calzoncillos, apareció su pene tieso. Pilar se arremangó el camisón y se acercó, cogió la polla de Jesús y se la metió hasta dentro, sentándose sobre sus piernas, sus tetas quedaron a la altura de su cara y Jesús empezó a restregarse contra ellas después de sacarlas del camisón. Pilar empezó a moverse arriba y abajo, con lo que sus tetas golpeaban en la ...
    ... cara de su marido. - Sigue, Pilar, sigue. - ¡Quítame la calentura Jesús! - Si, mi amor, sigue cabalgando que me voy a correr. Jesús se corrió y con el estremecimiento que tuvo se rompió la silla, quedaron los dos tirados en el suelo riéndose. - Vaya polvo, hemos roto hasta la silla, dijo Jesús. - No importa, me he quedado muy a gusto. A ver qué le decimos a los chicos. - La verdad, Pilar, seguro que les encanta saberlo. - Bueno, dijo Pilar, me voy a duchar y luego me pondré a hacer la comida. Cuando se duchó y estaba haciendo la comida se abrió la puerta de la casa, eran Miguel y Silvia, Silvia se acercó a ella y le dio dos besos a modo de saludo. - Hola, Pilar ¿Qué tal? - Hola, Silvia. Miguel y Jesús vieron como al besarse sus pechos se rozaron y se aplastaban unos contra los otros, se miraron y sonrieron, les encantaría ver eso mismo estando las dos desnudas. - Bueno, dijo Miguel, papá y yo nos vamos a tomar unas cervezas, ¿os venís? - Yo no puedo, dijo Pilar, tengo que acabar la comida. - Y yo prefiero quedarme con ella, hablando, dijo Silvia. - Bueno, pues entonces hasta luego. Miguel y Jesús salieron, dejando a las dos mujeres en la cocina. - Sabía que volverías, dijo Silvia. - ¿Y eso? - Porque te vi gozar como una perra con tu hijo. - Tu tampoco te lo pasaste mal, dijo Pilar recordando como se masturbaba mientras su hijo la sobaba. - Me encantan las tetas maduras, así tan blanditas y suaves y las tuyas son preciosas. - Las tuyas tampoco están mal y seguro que las tienes ...