1. Me ganaron las ganas


    Fecha: 09/05/2020, Categorías: Voyerismo Primera Vez Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... captado su interés. Aguanté el impulso de mirar atrás y...—¡Oye...! ¡Espérate! —la oí exclamar detrás de mí.Sin dar un paso atrás, dejé que ella me alcanzara.—...bueno, entonces recoges tus cosas y le dices que vas a hacer la tarea a casa de una amiga, entendido —le decía a Vero momentos más tarde.Ella regresó al local y poco después salió con su morral al hombro. Ese cosquilleo que me provocó verla caminar hacia mí fue algo que aún no puedo ni quiero olvidar.Me encaminé con ella a casa, aunque antes hicimos una parada. Le compré una paleta helada de chocolate en una farmacia, en donde también solicité unos condones.—Naranja, cereza o uva. ¿Cúal es tu sabor favorito? —volteé a preguntarle.—Uva —me respondió, quizás pensando que le compraría algún otro confite además de la paleta que ya lamía.—Sabor uva, por favor —le dije al empleado de la farmacia, a quien ya le había pedido los profilácticos, pero que aún aguardaba saber en qué sabor los deseaba.Entramos a la casa, procurando, claro, no levantar el interés de miradas vecinas.—Oye, tienes una casa muy grande —me dijo, y yo pensé:«espero que otra cosa también te parezca grande».Más tarde, mientras ella jugaba con el perro en el jardín, yo la observaba por la ventana. Se veía muy divertida, feliz. En ese momento reflexioné:«¿Qué estoy por hacer? Vero es tan sólo... ¡¿Acaso seré capaz de hacérselo a una...?!»En ese instante dudé, cayéndome el peso de esa frase“...y si se tratase de tu propia hija” en la consciencia.Pero, ...
    ... mientras jugaba con mi propia incertidumbre, con aquellos pensamientos dándoles vueltas en mi cabeza, también jugaba con mi propio miembro ya al natural. Me lo había sacado y ya me lo estimulaba de manera directa. A estas alturas no puedo negar que eso influyó en la decisión que al fin ese día tomé, aunque por otra parte pienso:«Era irremediable, la chica selló su destino al aceptar venir conmigo».Como pude guardé mi falo nuevamente dentro de mi pantalón. No sin cierta m*****ia, ya estaba completamente erecto, pero no iba a recibir así a la Vero cuando entrara del jardín. No quería espantarla.—¿Entonces qué? Siempre sí me vas a enseñar cómo hacerle para sacar puro diez en matemáticas —me dijo mientras el perro aún le saltaba encima, no queriendo dejar de jugar con ella.—No, te voy a enseñar algo mucho mejor.—Ah, ¿sí? Y qué es.«Te voy a enseñar cómo se hacen los bebés», me dije, y reí de mi ocurrencia.—Ven, acompáñame —le propuse y la conduje a mi cuarto.Minutos más tarde, ambos ya estábamos besándonos. Habíamos iniciado suavemente, de poco a poquito.La chica parecía predispuesta. Nos besamos suavecito al principio. Luego recorrí sus labios con la punta de mi lengua, saboreándola. Ella no opuso demasiada resistencia, a veces se ponía rebelde, pero bueno... era natural. Creo que aquello le parecía un juego y ella quería imponer sus reglas.Me fue más fácil que la Vero se liberara de la parte inferior de su uniforme que de la superior. No sé qué ideas traería en la cabeza pero creo que ...
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