La historia de Claudia (14)
Fecha: 28/09/2017,
Categorías:
Masturbación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... ejemplares, pero espero llevarme a la morocha para gozar a fondo de ella al menos esta noche y mañana.
-Le deseo suerte, mi querida amiga. –contestó la señora con una sonrisa.
Entonces intervino otra de las participantes, Paula, rubia, muy alta, delgada y de aproximadamente la misma edad que la anterior:
-No le va a ser fácil ganar, señora...
-Elina...
-Bueno, no le será sencillo llevársela, Elina, porque yo también voy a empeñar todos mis esfuerzos para ser quien se lleve a esa potra.
Claudia y Laura escuchaban los diálogos con sentimientos encontrados: miedo, expectativa (también con algo de vergüenza la cachorra), excitación y la certeza de que ellas eran eso que estaban viviendo, meras cosas, o más exactamente aún, animales propiedad de la señora Blanca y que podían ser subastadas, vendidas, regaladas como deshechos o lo que la señora dispusiera. Eran nada más y nada menos que sumisas, y lo habían aceptado y asumido plenamente.
-¡Ay, queridas, no serán ustedes solas las que disputen a esa hembra! –intervino otra dama de unos 60 años que se presentó como Carmen y agregó:
-Les aseguro que estoy dispuesta a que sea mía.
-Bueno, mis queridas –dijo Blanca-, -por lo que veo hay mucho interés en mi perra Claudia, a quien subastaremos primero, y no me caben dudas de que también habrá muchas ofertas por la cachorra cuando le llegue el turno, así que ya mismo les permitiré que la inspeccionen. –y le ordenó a Claudia acercarse a las invitadas, que ...
... prorrumpieron en exclamaciones:
-¡Sí, potranca, vení, vení para acá!
-¡Vení que quiero probar tu agujeros!
-¡Vamos, perra, vení que quiero ir paladeándote antes de comerte cruda cuando te tenga en mi casa!
Claudia se fue acercando despacio, sin sacar las manos de la nuca y sintiéndose excitada y un poco temerosa a la vez.
Cuando la sumisa estuvo ante la fila de mujeres Carmen se puso de pie, la tomó por una muñeca y la atrajo hacia ella haciendo después que se inclinara hacia delante. A partir de allí la sumisa se encontró envuelta en una maraña de brazos que la aprisionaban arrastrándola indefensa hacia un lado y a otro mientras varias manos ansiosas la palpaban por todas partes. Sintió enseguida dedos que entraban y salían de su culo y de su concha sin darle respiro. Algunas, al advertir los anillos que atravesaban ambos labios vaginales, se sintieron tentadas de tirar de esos aros haciéndola gemur de dolor.
-¡Mmmmmmm, que cerrada sos, potranca! –se admiró Paula mientras le introducía un segundo dedo en el ano y Claudia se retorcía sujeta firmemente por otras dos de sus atacantes, que reían.
-¡A ver, a ver! –quiso comprobar una señorona con el cabello teñido de un rojo furioso, y Paula sacó sus dedos sin ninguna delicadeza, haciendo gritar a Claudia que prolongó su queja cuando primero un dedo de la falsa pelirroja y luego otro le entraron sin miramiento alguno.
Después de alguna molestia inicial empezó a mojarse y en cuanto esto fue advertido por sus ...