Nacimiento del harem (Cap. 8)
Fecha: 16/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos
... fácilmente la píldora de que les iban a dar una beca completa, sin embargo apenas entraron al salón, brincaron de su escondite las perras hijas y las perras madre para facilitar el sometimiento, las desnudaron y las postraron a los pies de Su Alteza, las ingenuas muchachas preguntaron porque les sometían, que ellas se habían presentado por el dinero de la beca.
Las perras hijas soltaron una carcajada y dijeron “de verdad creyeron que se les pagaría una beca total cuando ustedes son de familias acaudaladas”, aquí el único dinero que van a ver es el que ustedes van ganar para nuestra Ama, así que vayan acostumbrando a sus rodillas a esa postura, ya que será la única postura permitida ante nuestra Ama, ¿están entendiendo estúpidas avaras?
En ese momento se dieron cuenta que habían sido muy estúpidas al creer semejante mentira, desgraciadamente para ellas al ingresar al reino de “Su Majestad” ya no hay más salida, a menos que lo hagan para generar dinero. Al poco tiempo se escuchó de nueva cuenta sonar el timbre, ...
... esta vez eran la familia de las perras madres, sin embargo para evitar que las estudiantes advirtieran a esas chicas, se les llevó a otra sección de la mansión, esa vez las perras madre se encargarían de embaucar a su familia, pero para lograr el cometido, debieron solicitar el apoyo de sus amigas esclavas, ya que su familia las superaba en número y podría fracasar el reclutamiento antes de haber iniciado.
Al entrar las perras madres al salón secundario de la casa, ya sus amigas esclavas las esperaban al asecho para que apenas ingresaran al salón fueran sometidas sus familias. Apenas pusieron un pie dentro del salón las aprisionaron, las denudaron y fueron aleccionadas de que a partir de ese momento iban a ser propiedad de su Ama, y que el dinero que iban a ganar, íntegramente pasaría a ser de su dueña. Quisieron escapar, pero el número de esclavas las superaba por lo que no pudieron encontrar escapatoria alguna, por lo que no les quedó más remedio que aceptar su derrota y el comienzo de su nuevo estilo de vida.