1. El amable colega de Tepic


    Fecha: 19/05/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    No hace mucho que pasó lo que les cuento. Tenía 25 años de edad y apenas tenía unos meses en la empresa donde aún trabajo y desde aquel tiempo desempeño labores gerenciales por lo cual soy frecuentemente requerido en la sede central que está en Guadalajara. Yo trabajo en Morelia, a 3 y media horas por carretera aproximadamente. Me llamo Eduardo, blanco, 178 de estatura y 16 de verga, inter, guapo (honestamente: nariz aguileña pero no desproporcionada, de rasgos finos y caucásicos), ojos castaños como la barba y el cabello, delgado y de pocas nalgas pero respingadas. Era la cuarta vez que tenía que ir a Guadalajara y permanecer allá cuatro días y tres noches. Por ser la sede de operaciones internacionales incluso, esta empresa contaba con una finca llena de habitaciones y comodidades para las estancias de sus corporativos que les permitiera ahorras viáticos. De primer pinche nivel el ligar. Concepto minimalista pero suficiente y satisfactorio. Habitaciones individuales con escritorio de trabajo, guardarropa y sanitario muy cómodos. Comida deliciosa todo el día. Alberca de natación, canchas, grandes áreas verdes para esparcirse y, obviamente, muchos salones de diferentes tamaños y diseños para diferentes tipos de reuniones y actividades grupales. Son horrarios llenos de actividades de 8 a 14 y de 16 a 21 horas, de modo que aunque haya ánimos de fiesta y convivencia entre las personas que se conocen o que se hacen asiduos visitantes, la gente suele acabar muy cansada. Yo, a las ...
    ... nueve de la noche, siempre que voy a este lugar, salgo a nadar unos 50 metros aprox y a tomar algunas cerveza o copa de vino con quien ande por los jardines o comedores antes de ir a dormir. Esta ocasión, desde el primer día, entre un grupo de 70 convocados de todos el país, pude distinguir a uno: Gonzo, le decían. De cerca de 32 años, rubio, delgado y desnalgado, chino de cabello, pero muy apuesto además de trmenedamente amable. Se notaba que no le importaba mucho su imagen fuera de sus oficinas locales que estaban en Tepic. Vestía jeans y camisetas blancas con converse en los pies. Esto lo hacía singular entre la mayoría que, si bien no vestíamos traje completo, al menos vestíamos menos informales. No pude dejar de verlo todo el primer día y por la tarde, no sabiendo si alucinaba o no, comencé a sentir correspondidas algunas de esas miradas de sus ojos verdes. Me sentí observado un par de veces durante la cena y, al voltear, me encontraba a la distancia con su mirada. La segunda noche, durante el receso de mediodía lo encontré en el baño. Por desgracia saliendo, ya que de lo contrario hubiera espiado la proporciones de su reata. Y ahí lo saludé. "Con que de Tepic", le dije, "es la primera vez que te veo, aunque no tengo mucho viniendo. Trabajo aquí hace 6 meses y está en la cuarta vez que soy requerido". Contestó "sí, eres de Morelia y te llamas Eduardo, ¿cierto? Te he estado viendo desde ayer. Yo vengo por primera vez, apenas hace dos semanas me pusieron en este rol. Hay ...
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