1. Ayudando a Mamá (2)


    Fecha: 21/05/2020, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... le arranco el clítoris de tanto chupárselo, ella se sacudía en la cama y gozaba como una puta. Después me monté sobre ella dejando nuestras conchas pegadas y me froté como nunca lo había hecho, yo también gemía mucho, la estaba pasando de maravilla. Hasta que llegó el gran momento. Lo que yo tanto estaba esperando. Betiana se colocó sobre mí y me comió las tetas tal como yo había hecho con las suyas, luego fue bajando de a poco, lamiendo mi vientre hasta que llegó a mi entrepierna. Allí titubeó bastante, me la miraba pero no se animaba a seguir. Le dije que se tomara su tiempo y eso la tranquilizó un poco. Comenzó a lamerme la cara interna de los muslos y acercándose cada vez más al centro. Hasta que por fin sentí su lengua contra mi botoncito rosado. Solté un gemido de placer para demostrarle que eso me gustaba y siguió lamiendo, al principio con cautela pero cuando se acostumbró al sabor, comenzó a chuparme con ansias, intentando emular lo que yo había hecho. Me metió la lengua en el agujerito y se comió mi clítoris. Estuvimos cogiendo sin parar más de una hora. Hicimos de todo, le chupé la cola, pero no es que se la lamí, sino que me metí entre sus grandes nalgas y le chupé el culito con ganas. Después ella me hizo lo mismo. Hasta nos quedamos un largo rato haciendo un 69. El mejor que hice en mi vida, sin dudas.
    
    En ese momento, mi madre, interrumpió su relato. Igual ya no había mucho más que decir. La escuché gemir suavemente y supe que estaba teniendo un orgasmo, ...
    ... ahora su cara estaba más cerca de mi pene y yo no dejaba de darme duro. Me di cuenta de que su cola estaba a la vista, le acaricié una nalga y no me dijo nada, entonces despacito fui buscando la unión de sus nalgas hasta introducir mi mano, pude tocar su apretado culito, ella continuaba absorta en su masturbación. Así que retiré la mano sólo para humedecer mis dedos con saliva. Volví a su cola y la lubriqué. Con mucha suavidad introduje la primera falange de mi dedo mayor. Los gemidos de mi madre se intensificaron, saqué el dedo y lo metí otra vez sin ir más lejos, su culito estaba muy cerrado. Sentí sus labios rozando contra la punta de mi verga mojándose con el líquido transparente que salía de ella. Me dieron ganas de aplastar su cabeza y obligarla a comerse toda mi verga, pero sabía que eso la molestaría, así que me aguanté. En su lugar introduje el dedo hasta la mitad, ella gimió más fuerte mientras yo lo movía dentro, sintiendo las suaves paredes internas de su ano.
    
    - Ya estoy por acabar – le advertí, no quería forzarla demasiado.
    
    - Ok – su respuesta sonó casi como un jadeo.
    
    - ¿Qué pensás hacer? – yo casi podía sentir los espermatozoides viajando por mi pene.
    
    - No sé…
    
    - No pienses.
    
    En ese instante mi verga estalló. El primer chorro de leche impactó contra su boca manchándola toda y cuando pensé que se apartaría hizo o justamente lo contrario. Abrió grande la boca y se tragó mi pene hasta la mitad. Me entusiasmó tanto eso que comencé a gemir mientras ...