Ayudando a Mamá (2)
Fecha: 21/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... acordás que llegó con ella a la fiesta? Le pagó a la chica para que justamente me dejara probar. Yo quería saber qué se sentía pero no quería la carga moral de tener que dar explicaciones o generar confusiones en otra persona.
- Entonces está todo bien mamá. Contame lo que pasó con Betiana – yo estaba muy impaciente y apretaba mi verga con fuerza.
- Está bien, te sigo contando. No sé qué estaría pensando Betiana en ese momento pero su mano estaba peligrosamente cerca de mi vagina, para colmo yo sentía algo calentito bajando por el canal. “Beti, voy a necesitar un trapito” le dije anticipándome a lo que iba a ocurrir “¿Para qué lo querés?” me preguntó pero ya era tarde, no pude contenerlo más, hice una leve presión hacia afuera con mi entrepierna y un chorro de espeso semen blanco cayó sobre la mano de la chica. Ella dio un pequeño grito y se desesperó, en lugar de apartar la mano intentó taparme el agujerito con la yema de sus dedos, pero sentir los deditos ahí fue aún peor. Dejé salir más leche que fue cayendo sobre su mano y goteando hasta el piso. No te voy a mentir, me gustó hacerlo, estaba muy excitada y en ese momento no me preocupaba qué pudiera pensar ella. Lo mejor era que Beti intentaba limpiarme la concha a medida que el líquido salía. Me di cuenta que yo había empezado a gemir. Ella tenía los cachetes colorados y respiraba deprisa. Sentí sus dedos contra mi agujerito, entonces me agaché un poco separando las piernas. Se me metieron dos dedos a la vez. Ella ...
... me miró asombrada mientras el semen y mis jugos chorreaban por su mano. “¿Esto es semen?” me preguntó sin sacar los dedos. Le dije que sí y la noté algo asustada “Graciela, ¿No me vas a decir que te violaron?” preguntó la muy ingenua. Tuve que aclararle que no era el caso, que había sido un acto sexual consentido.
Vi que mi madre llevaba una mano hasta su conchita y se frotaba suavemente el clítoris, se detuvo en seco cuando recordó que yo estaba frente a ella. Se mordió el labio inferior preocupada.
- Está todo bien mamá – le aseguré – podés hacerlo tranquila – yo no dejaba de pajearme, tenía toda la verga ensalivada y largando gotitas de líquido preseminal.
- Es que… la otra vez… - sabía que su preocupación era que volviera a ocurrir lo de antes.
- Ya acordamos que no hubo nada de malo con lo que pasó la otra vez. Fue la locura del momento y no quiere decir que vaya a ocurrir de nuevo. Me agrada mucho que nos tengamos tanta confianza y podamos hacer juntos estas cosas, no te olvides que además de mi madre, te considero una amiga – eso la ablandó mucho – no quiero que te reprimas nada. Yo no soy como papá – di en el clavo al nombrar a mi padre.
- Tenés razón, con él me tenía que reprimir todo.
Con esa frase tomó coraje, abrió las piernas y se coló dos dedos bien adentro, cerró los ojos y suspiró. Era un sonido liberador y a mí me puso a mil. Me masturbé más rápido mirando como ella se tocaba. Además le pedí que continuara, quería saber cómo había reaccionado ...