1. Casi un día normal


    Fecha: 28/05/2020, Categorías: Gays Autor: lewisvagi, Fuente: SexoSinTabues

    ... Paolo se sale de su chavala y la mía me desmonta y fue cuando me tiré sobre la chica de Paolo y comencé a lamer su concha, podía sentir el sabor de la verga de mi hermano en ella y no me dio asco. La chava de Paolo se tragaba toda mi tranca y en eso estábamos cuando la chava mía comienza a insultarme y a reclamarme que porque le lamía la concha a la otra y en unos segundos dijo un sinfín de cosas que a todos nos dejó anonadados pues estábamos muy tranquilos cogiendo los cuatro juntos y ella no quería que Yo tocara a otra pero ella sí podía tocar a mi hermano. Una locura aquello, me grito que se iba y que no quería volver a verme. Tras un fuerte portazo salió y quedamos los tres tirados en el suelo sin decir nada. La chava de Paolo lo besó tiernamente, en sus labios y tomó con la otra mano mi verga, me atrajo hacia ellos y urgió a Paolo a que acercáramos nuestras vergas y así mamarlas al mismo tiempo. Mi hermano se abrió de piernas acostado de espaldas y tomó una pierna mía y la pasó por arriba de la suya. Nuestras vergas se pegaron, nuestras pelotas se estrujaban juntas. Pude sentir las nalgas de mi hermano pegando a las mías y como nuestras vergas eran mamadas por su chava. La mano de Paolo acariciaba mi pierna y Yo acariciaba su pié, era la primera vez que tocaba a mi hermano en algo sexual; se sentía muy rico ese pié grande y recio, de hombre grande. Las caricias de Paolo a mi pierna llegaron a mi nalga y volvía hacia arriba, en eso tomó mi pié y comenzó a besarlo, a ...
    ... meterse un dedo en su boca, luego trataba con todos, aquello era brutal; comprendí que había más órganos sexuales en mi cuerpo y no solo mi verga. Que sabroso sentir la lengua de mi hermano Paolo metida entre mis dedos y como succionaba mi dedo gordo como si fuera mi verga. Yo me restregaba la planta de su pié en mi pecho y su novia paró de mamarnos y observaba nuestro comportamiento mientras nos hacía una paja lenta; al rato ella nos soltó del todo y nosotros seguimos en lo mismo, nuestras bocas eran dueñas de nuestros pies y uno a uno fuimos lamiendo todo el pié del otro y poco a poco fuimos subiendo por nuestras piernas besando y lamiendo todo lo que estaba frente a nosotros; hasta que formamos un perfecto 69 que nunca llegué a imaginar que llegaría a hacer. Su verga era una ricura, larga y algo gruesa; pero lo mejor era ese líquido seminal que fluía como una fuente de su extracto que a mi gusto estaba sabroso y dulzón, en ese momento podía saborear toda las frutas que él comía a diario. Era como un coctel de frutas y licor, delicioso, ni Paolo ni Yo nos enteramos más de la chavala de Paolo; éramos nosotros dos y nadie más en el mundo. Su verga entró en mi boca y traspasó la campanilla y el relamía y saboreaba mi glande con furia y pasión. Nosotros estábamos convertidos en unos niños de pecho que mamábamos para extraer la leche preciada y que se encontraba en nuestras bolas, nunca habíamos hablado siquiera de sexo gay y mucho menos algún acercamiento sexual entre nosotros. Lo ...
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