1. Con mi amiga Ileana


    Fecha: 29/05/2020, Categorías: Confesiones Autor: arandi, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuero, yo trataba de tragármelo por completo. Pude ver que Federico disfrutaba de mi trabajo.
    
    Las dos jugueteamos con el falo pasándolo por nuestras bocas. A veces era ella quien se ocupaba del tallo mientras que yo le chupaba las bolas, y otras al revés. Hubo momentos que incluso nuestras bocas se tocaron. A mí me dio vergüenza pero a Ileana creo que no. El caso es que dejamos aquel pene súper mojado, escurriendo de nuestra saliva.
    
    Federico se incorporó con clara intención de penetrar a mi amiga y yo me hice a un lado. Pensé que era buen momento para, ahora sí, dejarlos solos; eso era cosa de dos. Además temía que en cualquier momento regresara Doña
    
    Victoria y nos descubriera allí.
    
    Sin embargo, Ileana me detuvo tomándome de un brazo, al mismo tiempo que le habló a su novio.
    
    —¿Te cogerías a Yose? Anda, a ella nunca le han sacado un orgasmo. Yo le he dicho que tú eres bueno para eso, que a ti no te falla.
    
    —¿De verdad nunca has disfrutado de un orgasmo? —me interrogó inmediatamente Federico.
    
    —¡Ileana! —le grité avergonzada y en tono de reclamo a mi amiga.
    
    La sangre se me acumuló en las mejillas por la vergüenza.
    
    Federico, dejando a Ileana, se acercó a mí y tomándome del mentón levantó mi rostro avergonzado para que yo lo viera.
    
    —No te sientas mal. No hay de qué avergonzarse. Vergüenza deberían sentir los chicos que no te han sabido dar una buena cogida —con cachondez me dijo.
    
    Federico se inclinó lo suficiente como para besarme y yo lo dejé ...
    ... hacerlo, olvidando, incluso, la presencia de mi amiga. Cerré los ojos disfrutando de aquel húmedo y cálido beso que ese chico tan guapo me daba.
    
    Me indicó que me inclinara sobre la mesa y que lo esperara con los ojos cerrados. El muy cabrón aprovecho y me tomó una foto en esa absurda posición.
    
    La verdad era que sí. Como le había confesado a mi amiga, nunca ningún chico, ya fuera novio o amigo, con quien hubiese tenido sexo me había provocado un orgasmo. Ileana me decía que su novio le provocaba más de uno en cada ocasión que lo hacían y yo no le creía, pero ahora tendría la ocasión de comprobarlo.
    
    Cuando abrí los ojos vi que mi amiga, lejos de estar celosa, nos veía con lascivia mientras que su novio, Federico, ya comenzaba a bajarme mi pantalón con todo y mis pantaletas. Así, sin desnudarme por completo, sólo dejando mi culo al descubierto, se inclinó sobre mí y con su tieso y carnudo miembro, de una estocada me empaló. El muy cabrón lo tenía tan grande que me dolió, debo decirlo, pero poco a poco comencé a disfrutar de aquel invasor que se deslizaba abriéndose paso a través de mi delicada y estrecha intimidad. Era delicioso.
    
    Federico no dejaba de metérmelo cambiando de velocidad
    
    esporádicamente. Era notorio que aquel chico no se cansaba rápido y, a diferencia de los chicos con quien antes había cogido, no parecía buscar únicamente su propia satisfacción deseando eyacular y ya. Federico sabía proporcionar placer y eso me gustó.
    
    Me estuvo dando por varios ...