EVELYN
Fecha: 31/05/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
EVELYN Mi error fue tratar de cambiarla, estaba seguro que podría hacerlo, pero me equivoqué… Había conocido a Tiffany en un burdel de poca monta, ella hacía un show de strep, bailaba en el caño sensualmente, siempre se llevaba todos los aplausos y demasiados billetes que juntaba solo por desnudarse. Después, bueno, algunos clientes podían llevarla a la cama por dinero. Así la conocí, así tuvimos nuestro primer encuentro sexual que pagué con gusto. Era cliente de ese lugar, solía ir al menos una vez al mes, para dejar mis tensiones de lado, recuerdo que la primera vez que la vi me impactó con su figura, con su forma de bailar. Después de probar la droga de su sexo tuve la necesidad de volver al lugar, con más frecuencia, esperando su número, cada vez más pendiente, sin darme cuenta me enamoré de ella como un tonto, sabía que no iba por buen camino, pero no podía evitarlo… Tiffany era una muñeca teñida a rubio casi blanco, con un corte desprolijo apenas pasando sus orejas, con unos sensuales ojos color miel y una boca pecaminosa, de un cuerpo espectacular, de pechos enormes y perfectos que al tacto pude comprobar que eran naturales, de exageradas caderas y largas piernas, su andar era intimidante, el movimiento de su cuerpo, sus poses eróticas, su sexo desnudo, los hombres aullaban cuando estaba en el escenario, era única… Me enamoré de ella, completa, no le hubiera cambiado nada, ni sus brazos tatuados, ni esos ganchos colgando en sus pezones, ni ese piercing que lucía en su ...
... clítoris, ni su intimidad depilada, ni su look salvaje, nada, nada de nada… Y si les cuento lo que era en la cama necesitaría un relato exclusivo para entrar en detalles… Poco a poco mis pagas por sexo habían cambiado a pagas por charlas, creo que ella se acostumbró a mí, pero nunca se enamoró. Quise arrancarla de ese antro, de hecho lo hice, pero ella siempre me advertía que no iba a funcionar, que tarde ó temprano me iba a lastimar, que no era mujer para vivir en cautiverio, que no me sería fiel, y no sé cuantos ‘peros’ mas´… Pero como buen capricorniano, duro como una cabra agache la cabeza y seguí hacia adelante, hasta conseguir lo que quería. Evelyn era su verdadero nombre, a mi gusto mucho más bonito que el seudónimo que usaba, al tiempo hicimos un viaje para olvidar su pasado y establecernos en mi casa, en la verde pradera. Aunque aparentaba mucho menos, ella rondaba los treinta en ese entonces, y la verdad es que yo le llevaba bastantes años. Esta situación se hacía un tanto molesta porque muchas veces pensaban que éramos padre e hija, como que me sacaba de quicio. Además su figura, su forma de ser, su sensualidad atraía a los hombres como la miel a las abejas, me obstinaba en apartarlos de su camino y más de una vez estuve a punto de agarrarme a golpes de puños con algún desconocido que trataba de cruzar la raya. Lo que no me daba cuenta es que no era culpa de él, ni mía, era culpa de ella… Sus salidas a solas eran pronunciadas, sus charlas telefónicas con extraños ...