1. La mujer de mi hijastro 2


    Fecha: 31/05/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... subir sobre mí, mi nuera acomodó con su mano, mi pija contra su concha y se fue sentando, haciendo entre gemidos de placer, que le entre toda. Mireya movía su cintura y yo acariciaba sus cobrizas tetas. «Quiero que me hagas un hijo,así como tú, rubio, con tus ojos azules», me decía entre gemidos de placer. «A mi madre le gustas mucho, dice que eres un hombre muy hermoso», decía con la voz temblorosa de lo caliente que estaba. «No te gustaria que las coja a las dos juntas», le dije sin dejar de moverme y acariciar sus duras tetas. «hay que dices?, como me vas a cachar a mi junto a mi madre?», me dijo riendo. Mi hijastro tiene 24 años, Mireya tiene 22, y su madre tiene 39 años. Es como Mireya pero mas mayor, aindiada, pelos lasios, de su altura, de buen culo, madre e hija del mismo color de piel. Mireya jadeaba moviéndose sobre mí, se notaba que estaba disfrutando mucho. «No le vas a dar la colita a tú suegro», le dije acariciando sus nalgas. «Me la quieres meter por el chiquito?», me dijo apoyando sus manos en mi pecho, subiendo y bajando su cuerpo, haciendo que mi pija entre y salga de su concha. Mi nuera sa baja de encima mío y se pone en el borde de la cama, abriendo sus nalgas, le vi su ano abierto, salido para afuera. Le pasé vaselina y pasé vaselina por mi pija, la apoyo contra su ojete y escuchar sus ayes de placer cuando se la voy metiendo es una delicia, sentir como su ojete se abre, como mi pija va desapareciendo dentro de su hermosa cola, eso me da un placer ...
    ... increíble. Como gime de placer cuando saco y meto mi pija de su ojete, «dale Mireya, intenta convencer a tú madre así cogemos los tres», le dije moviendo mi pija en círculos bien adentro de su culo», le decía acariciando sus nalgas. «Hagamos una cosa, si yo la convenzo tú me preñas», me dijo dando un fuerte y largo gemido, abriendo todo lo mas que podía sus nalgas. No es nada tonta la peruana esta, menos mal que es religiosa. Le saco la pija de su culo, haciendo que se ponga boca arriba, le levanto las piernas y mientras le mordisqueo los pies, se la vuelvo a meter por el culo. «Haaaaaaaaaaa», gimio cuando se la metí toda. «Que dices entonces?», me dijo con los ojos apenas abiertos de placer. «Mireya, una cosa es cogerte y otra preñarte, que va a decir mi hijo si se da cuenta?», le dije sintiendo que esta conversación mientras cogiamos me calentaba más. «Mira, con lo mal que me cacha tú hijo, era cuestión de tiempo que le ponga los cachos. Y tú dices eso de tú hijo, y como nos veríamos con mi madre viendo como nos cachas?, bueno, dejemos de hablar y sigamos cachando», me dijo Mireya, pasando sus pies por mi cara, moviendo sus caderas para los costados. Nos miramos sonrientes y le empecé a morder los dedos de sus pies sin dejar de mover mi pija bien adentro de su culo. «Tú si que me sabes follar», dijo sin dejar de gemir, «me puedo quedar a dormir contigo?», me pedia temblando, respiraba que parecía que tenía frío, sus hermosas tetas iban y venían, mi pija entraba y salía del ojete ...