1. LA HORA DE LA SIESTA


    Fecha: 31/05/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    LA HORA DE LA SIESTA Debido a la situación poco boyante que mi familia tenía. Mi padre se fue de temporero, durante aquellos meses, del verano más caluroso que yo hasta entonces había conocido. Vivíamos en un barrio del pueblo más humilde y pobre, sus casas algunas eran chabolas otras de adobe y barro. Por aquel entonces yo contaba quince años, y aunque no era un muchacho con mucha formación si era lo suficiente despierto, para darme cuenta de las cosas que ocurrían en mi entorno. Mi madre cogió un huésped al que le metió en mi cuarto a dormir. Este señor de unos cuarenta y cinco años de edad trabajaba como peón de un albañil. Mi madre que tenía unos treinta y cuatro años me tuvo a mí con diecisiete años, su padre trabajaba de peón en una pedanía y allí conoció a mi padre del que quedo preñada y tuvieron que casarse. Mi padre era un buen hombre sobre todo era muy confiado y pensaba que todos eran como el. Mi madre como mujer era diferente y mas picara, la naturaleza le había dotado unas formas hermosas amplias caderas muslos duros y prietos con grandes senos no era muy alta pero tenía eso que llama tanto la atención unos andares llenos de mírame que si no te lo vas a perder. Juan, que era como se llamaba el huésped cuando estábamos en la mesa la echaba unas miradas y ella sonreía alguna vez al pasar la rozaba el culo con su mano y le miraba como diciendo ten cuidado que esta el chico. Por la noche al acostarnos el al igual que yo nos quedábamos solo con el calzón que tenía ...
    ... una raja abierta muy amplia y por la cual se podían ver los huevos y la polla cuando yo a veces estaba metido ya en la cama le miraba y así pude ver que su polla era grande y tenía un par de huevos igualmente grandes con una gran pelambrera, en alguna ocasión me dijo te gusta, así la tendrás tu cuando tengas más edad. No se que tendrían previsto hacer, era domingo pero mi madre me mando nada mas comer ir a por huevos a una granja que los daba más baratos y eran más frescos, con el calor que hacía. Salí, pero yo no hacía nada más que pensar en lo que podían no estando yo, por el trayecto era largo cuando ya llevaba un buen rato me di la vuelta y cuando llegue la puerta que era de dos hojas y nunca se cerraba la de arriba estaba trancada me di cuenta que en el patio se podía entrar con gran facilidad saltando la tapia porque las dos ventanas que daban a la calle tenían los cuarterones vueltos y también estaban cerrados. Salte la tapia del corral y me fui hacia mi ventana la que yo nunca cerraba despacio abrí una hoja y luego la otra entre y volví a cerrar y quedarlo en penumbra me acerque hasta la puerta. Se oía una fuerte respiración con algún jadeo me acerque más y pude verlos con el reflejo de luz que se colaba por el cuarterón, estaban desnudos los dos ella sentada en la cama y el de rodillas tenía su cabeza entre los muslos de ella estuvieron un buen rato y cuando él se levanto le vi. La polla toda tiesa y aun mas grande se la puso en la boca y le empezó a tocar las tetas ...
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