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Mi hermana un mes más tarde
Fecha: 08/06/2020, Categorías: Incesto Autor: azorin, Fuente: RelatosEróticos
Mi hermana un mes después. Un mes después, en septiembre me llama mi hermana y ella toma la iniciativa. Llego a su apartamento y me dice que se aburría y que fuésemos a bañarnos, pero que antes tenía que ayudarla a depilarse. Me abrió la puerta en tanga y una camiseta que marcaban sus pezones. Sin duda había estado fantaseando. Me hizo pasar a su habitación y se quito la camiseta. Mi reacción fue instantánea. Llevaba un tanguita de hilo, de color blanco que resaltaba su culo. Yo ni corto ni perezoso me desnude. Yo iba arreglado y me había puesto un tanga rojo que resaltaba mi culete de hombre. Le gustó porque me echo mano. Que suave estás me dijo. A continuación se desprendió del tanga y quedó totalmente desnuda a mi vista. Me dió tijeras, cuchillas, maquina y crema depilatoria. Estoy en tus manos – dijo- a ver como me dejas. Yo empecé la faena y esta vez me empalme sin ocultarlo. Vaya cacho nabo tienes. Además te sienta estupendo el depilado. Que pena que seas mi hermano. Me explayé tocándola con la excusa del depilado perfecto. Note que se excitaba porque se le pusieron duros los pezones y mojaba por su vagina. Decidí hacerla sufrir, pero sin dejar que mis testículos rozaran de vez en cuando sus piernas y su culo. Lo mismo cuando la depilé por delante. Me senté sobre ella dejando mis genitales apoyados sobre su pubis. Creo que no se corrió de milagro. O igual se corrió porque cerró los ojos y se le veía cara de satisfacción. Una vez ...
... lista se ducho y nos fuimos a la playa. Ahí no aguantó más y en el agua me abrazó pegándome su pubis a mi verga y sus tetitas a mi pecho. Lástima que seamos hermanos dijo de nuevo. No importa dije yo. No me apetece follar contigo pero los juegos de exhibicionismo y las caricias me llenan lo suficiente. Tienes un cuerpo muy bonito. Le eché mano al culo y le acaricié las nalgas y le dije que que tal si íbamos a casa y disfrutábamos de nuestros cuerpos desnudos y depilados. Asintió. Una vez en su habitación dijo que quería darme una sorpresa. Que me diese la vuelta. Lo hice y ella aprovechó para ponerse un tanguita negro, medias negras y un sujetador supererótico. Ya puedes mirar me dijo. Casi me corro al verla. Esta vez ella tomó la iniciativa y rompió nuestro pacto, me echo mano al pene y empezó a masturbarme. Yo hice lo propio con ella. El orgasmo fue mutuo y enorme. Tras la ducha seguimos como habíamos acordado. Nos mostrábamos totalmente desnudos y desinhibidos. Por la tarde me dijo que me pusiese el tanga porque le excitaba. Saqué otro modelo de color azul. Me apretaba de tal forma que resaltaba mi pene y mostraba mis nalgas depiladas. Espera un momento dijo. Entró a su habitación y salió con un tanga blanco transparente y las tetas al aire. Necesito correrme otra vez me dijo. Cogió mi pene y se lo puso en sus labios vaginales. No hubo penetración pero el roce de nuestros sexos hizo que tuviésemos un orgasmo brutal. Continuará ...
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