EL REPARTIDOR DE GAS: LE OFRECI LAS NALGAS Y ME ROMPIO EL CULO - Relatos Eróticos

EL REPARTIDOR DE GAS: LE OFRECI LAS NALGAS Y ME ROMPIO EL CULO

Era un sábado por la tarde sin mucho que hacer y para colmo tenía que esperar al repartidor de gas hasta quien sabe qué hora para comprar uno Como siempre… para no variar estaba caliente, con el culo hambriento de verga deseando ser sometido por un macho así que ya había pensado salir en cuanto lograra comprar el gas. Mi plan era irme a un vapor y ofrecer el culo a todos los hombres ahí a ver cuántas vergas conseguía para que me calmaran esta calentura Para hacer tiempo y ver si podía bajarme la calentura comencé a ver pornografía y mientras más videos observaba más caliente me ponía y mi culo palpitaba pidiendo verga Fue entonces cuando se me ocurrió que esa misma tarde podía conseguir un hombre que me diera la cogida que tanto quería y sin salir de casa… entonces fue así como se me ocurrió tratar de seducir al repartidor de gas en cuanto llegara Rápidamente apague la computadora y me fui a cambiar de ropa. Me puse una tanguita negra, una licra blanca para que se transparentara la tanga, playera, tenis y así me dedique a esperar ansiosamente al repartidor de gas Por fin dieron las 3 de la tarde y escuche los gritos del repartidor de gas… algo nervioso pero muy cachondo para ese momento me dirigí a la puerta de la calle para solicitar un tanque de gas y a pocos metros ahí estaba el hombre que esa tarde trataría de hacerlo mi macho Quede totalmente encantado y mi calentura aumento al ver a un hombre alto, aproximadamente de 1.80, complexión grande (creo yo que su trabajo lo ...

... requiere) moreno, de unos 40 años aproximadamente, vestido con botas, pantalón de mezclilla azul claro, playera negra y una gorra. Cabe mencionar que no era un hombre guapo pero si de aspecto varonil y rudo (Hasta por un momento pensé en dar marcha atrás con mi plan pero ya era tarde) El repartidor me voltea a ver y le hago la señal de necesitar 1 tanque, rápidamente veo como baja de su camión el tanque de gas y se dirige en dirección a mi puerta… Cada segundo que veía como se acercaba este hombre mas nervioso me ponía pues no sabía cómo sería su reacción Al entrar cierro por completo la puerta y bajando el tanque se me queda viendo poniendo una cara como sabiendo que necesitaba algo mas que un tanque de gas y veo como pone principal atención a mis nalgas que estaban cubiertas por una suave licra blanca dejando ver claramente que llevaba puesta una tanga negra bien enterrada entre las nalgas. Yo me muestro algo “indiferente” lo saludo y le pido de favor si puede subir el tanque a mi azotea y colocarlo en lugar del tanque vacio. Rápidamente vuelve a cargar el tanque con la facilidad que un hombre acostumbrado al trabajo rudo lo hace y me pide que le indique el camino Comienzo a caminar delante del repartidor para llevarlo hasta el lugar indicado y al llegar a las escaleras le cedo el paso para que subiera pero ahí fue donde me dio la primera “luz verde” al decirme: Repartidor de gas: Pase usted primero para que me indique donde quiere el tanque Comienzo a subir las escaleras ...