1. Una experiencia muy extraña.


    Fecha: 17/06/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Me llamo Sebastian, soy argentino y vivo en España desde hace 14 años. Vivo solo en una urbanización a las afueras de Madrid. Una tarde, que estaba descansando, fui a una terraza a tomar unas cervezas, y en una mesa cerca de la mía, había una señora con una chica de unos 18 o 19 años, que supuse era su hija. La señora tendría unos años mas que yo, unos 45 años, y yo tengo 40, ni gorda ni flaca, unas tetas medianas, y como estaba sentada no pude ver mas. Nos miramos con la señora y me invitan a su mesa. Ella se llamaba Plinia y su hija Karen, eran venezolanas, la conversación se dio muy agradable, vivían cerca de donde vivo yo, nos dimos nuestros números de móvil con Plinia, y empezamos a salir. Fuimos varias veces a mi casa y realmente es una mujer muy buena en la cama, le gusta todo, sexo anal, sexo oral, es loca por tragarse la leche, siempre esta dispuesta para tener sexo. Han venido muchas veces con su hija, pero Plinia no se corta en nada, me dice que le encanta que la manosee mientras cocina sin importarle que esté su hija delante, más de una vez, estábamos los tres en la cocina tomando unos tragos y Plinia estaba con su culo al aire para que yo se lo acaricie y su hija ni se inmutaba. La relación siguió cada vez mejor, la hija según lo que me dijeron era bisexual, le gustaban tanto los hombres como las mujeres. Mas de una vez, estando en la cocina, su madre le dijo que terminara ella de cocinar que nos íbamos a la habitación a echarnos un polvo, y su hija seguía ...
    ... como si nada mientras nosotros cogíamos sin cerrar la puerta, totalmente libres. Una vez la hija le dijo riendo que estaba mojando el pantalón del pijama con la leche que le estaba saliendo de su culo, era tanto el libertinaje entre madre e hija. Plinia siempre decía que le encantaba ser manoseada mientras hacía las cosas de la casa y yo le dije que que pasaría si la que cocinaba era su hija y yo iba y le metía mano, Que no le importaría, ya que así aprendería a ser mujer y tener siempre a su marido caliente, y a partir de ahí le empecé a meter mano a Karen también, pero no me la podía coger, la calentura siempre me la tenía que sacar con Plinia. Un día dije de hacer el día del nudismo, estar los tres completamente desnudos en casa, y estuvieron de acuerdo. El sábado a la mañana fuimos de compras, compramos todo lo necesario para pasar el día sin tener que salir de casa. Cuando volvimos de la compra, nos desnudamos por completo los tres, pero yo al ver a Karen completamente desnuda, no pude evitar que se me ponga dura la pija, cosa que les causó mucha gracia a la madre y a la hija. Karen empezó a traer cosas al salón para picar y Plinia sentada en el sillón del salón, me agarró del brazo y me acercó hacia ella y me empezó a chupar la pija sin importarle que la hija la viera así, hasta que me hizo acabarme en su boca, me siguió lamiendo la pija y lo que mas me llamaba la atención era la total indiferencia de Karen hacia lo que hacíamos su madre y yo, ya que no disimulamos nada. ...
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