Tan ilusa; tan estúpido
Fecha: 18/06/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: juliancin445, Fuente: SexoSinTabues
... y la sentó encima de él, dentro de la camioneta, en una posición sexual. Subió aún más su blusa y empezó a besarla en el cuello, algo que a ella la pone muy caliente. Creo que ni se preocuparon por las personas que podrían verlos o a lo mejor esa calle de verdad era demasiado solitaria. Encima de él, Francisco fácilmente podía sentirla cuando movía sus caderas con los besos, imaginando esa escena, pero sin ropa. Los besos cesaron, porque ahora esa blusa estaba demasiado arriba y el sujetador a punto de soltarse. y se soltó. Comenzó, dentro de su camioneta en esa calle demasiado solitaria, a besar sus pechos desnudos, a regocijarse viendo crecer esos pezones de un color rosa pálido, observando como se endurecían y enrojecían. Se regocijó viendo en ella esa mirada que yo veía cuando hacía lo mismo que él, esa mirada rara, entre mezcla de ternura e inocencia con deseo y ganas de todo. Imagino que en ese momento los movimientos de cadera se hicieron más intensos, hasta el punto en que parecía otra cosa. Greta estaba cansada de fallar en sus relaciones, cansada de no poder disfrutar a plenitud su sexualidad, cansada de las discusiones; si tan sólo se hubiera cansado conmigo y no con él. Francisco debió de hacer bien las cosas, ella estaba muy caliente, sus besos ya no eran tiernos, eran algo más, sus pechos de seguro brillaban sutilmente entre lo blanco de su piel y el tenue reflejo de la saliva de su amante sobre ellos. No tardaron mucho ahí. me confesó que Francisco la llevó ...
... a un Motel, en donde pudieron terminar de hacer lo que quería y lo que deseaban. Para mi mala suerte. En esta parte de la historia ella se apenó mucho, pero la hice sufrir un poco, hice que me dijera la verdad absoluta, o al menor espero que eso haya hecho. Llegaron al motel, no sé cual ni en dónde se ubica, entraron a la habitación, se sentaron en la orilla de la cama y los besos siguieron, esta vez menos intensos que los de la camioneta en esa calle poco transitada cerca del bar, pero no tardaron en retomar ese ritmo; Greta vio como su blusa desaparecía del tacto de su cuerpo, como su sujetador talla 36b era despojado nuevamente de los pechos que resguardaban; vio como su amante se acostaba y a ella la ponía encima de él, a la altura ideal para seguir disfrutando de sus pechos, a la altura ideal para verlos transformarse una vez más. él ya estaba prácticamente sin ropa, si es que una toalla se considera ropa; a ella no le tardaron mucho más sus ajustados pantalones a la cadera, y menos aún el hilo dental color negro que llevaba, la tenía desnuda sobre él, con solo esa barata toalla separando sus cuerpos. Esa toalla tardó en su lugar menos que todo lo anterior. -Dímelo todo a detalle- le dije -si quieres que algo de esto tenga sentido- -Está bien- me dijo ella. Se puso encima de él, apenada, con duda, nunca había llegado hasta este punto, él tenía experiencia, espero que menos que la que yo tengo. supo que hacer, la puso boca abajo, puso sus blancas piernas alrededor de su ...