1. MI HISTORIA


    Fecha: 20/06/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    “Soy una mujer tranquila, sincera, me considero sencilla, y soy pelada, tengo 2 hijos; ya que me estuve casada; pero, la cosa no funcionó (y, a fuerza de ser sincera no sé porque me casé), nos separamos. Al quedar sola comencé a tener relaciones fugaces con diferentes hombres, para no olvidar lo que se siente tener una verga en la vagina, ya parecía puta por la cantidad de hombres que tuve. Como me separé de mi marido quedé sola en la casa (ya que mis hijos vivían con mi madre), y eso me daba la oportunidad de llevarme a coger a los compañeros del trabajo que se me antojara a casa, la cual es muy grande tiene 4 cuartos y me sentía sola. Así que un día puse un anuncio en el periódico de que alquilaba uno de los cuartos, y llegó una pareja de recién casados, entonces mi soledad se convirtió en felicidad; porqué, en el momento que lo vi a él, al que hoy llamaré “mi papi”, sin darme cuenta me enamoré perdidamente, no era ni siquiera lindo; pero tiene un no sé que, lo cual de entrada llamó mi atención, bien dice la frase “no hay feo sin su gracia”, además de que es muy fino en atenciones.
    
    Una noche me levanté a orinar y los escuché teniendo sexo ya que el baño quedaba cerca del cuarto donde vivían hice todo el ruido que pude al lavarme las manos; (ya que el lavadero quedaba a la par del baño), y eso no los detuvo siguieron cogiendo igual, lo cual no sé porque me encambronó, y me calenté como nunca al oírla gemir y bramar con cada orgasmo que experimentaba sentí envidia, como ...
    ... se le escuchaba que gozaba la cogida que estaba recibiendo. Me quedé sentada a un lado de la ventana imaginándome que era yo a quien él pisaba. A partir del siguiente día comencé a abordarlo más seguido cuando sabía que estaba solo en el cuarto sacaba ropa y me ponía a lavar, y cuando no tenía ropa sucia sacaba ropa planchada y la volvía a lavar y mi papi era oyendo que estaba lavando salía a platicar; pero, nunca le vi malicia o insinuación alguna en sus conversaciones. En cambio yo sí, con la mirada le pedía a gritos que me desnudara allí en el lavadero, me pisara y me hiciera gozar como a su mujer; pero, nunca entendió mi mirada. Durante las noches yo seguía yendo a oírlos coger, me acariciaba la concha imaginándome que era mi papi quien me la acariciaba y que era a mí a quien cogía, mojaba toda la concha al oír la a ella como bramaba y gemía. Durante el día y cuando podía con cualquier pretexto rozaba mi cuerpo con el de él, a veces me hacia la adolorida del pié para que el me agarrara de la mano y me ayudara, el objetivo era que me tocara y con eso me conformaba, me encantaba tenerlo cerca de mí, y cuando rezaba por las noches le pedía a DIOS que permitiera que me cogiera una vez y que después de eso me dedicaría a mis hijos y ya no buscaría hombres.
    
    Un día su mujer quedó en cinta y se tuvieron que ir de mi casa porque necesitarían un espacio más grande para la cuna del bebé, sentí que me moría, y volví a quedarme sola otra vez y lo peor y más triste enamorada de mi ...
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