1. Viaje de placer en el Caribe (CAP. II)


    Fecha: 25/06/2020, Categorías: Confesiones Autor: libelula, Fuente: CuentoRelatos

    ... excitado y me sentía molada. Al ver cómo le escuchaba con atención, debió creer era la hembra adecuada para sus juegos eróticos y eso creo le indujo a invitarme a experimentar junto a él, de sensaciones y estímulos que jamás habría sentido. Se ofreció a hacerme vivir momentos irrepetibles, diferentes, estímulos que la gente normal no explora porque no se atreve o desconoce, pero quienes lo practican llegan al clímax a través del arte de lo erótico, algo insustituible e inalcanzable para la mayoría. Acepté su invitación deseosa de comenzar a vivir aquella experiencia que me ofrecía este sabio anciano, pero aún tendría que esperar varias horas hasta la noche, en que él pasaría a recogerme al hotel.
    
    Me despedí y volví a mi habitación aturdida y excitada por las palabras de D Mario, me tumbé en la cama y jugué con mis dedos hasta venirme en un delicioso orgasmo. Fantaseé con multitud de situaciones morbosas, pero no podía imaginar las vivencias que me esperaban en la noche.
    
    Al caer la tarde y a la hora prevista, me llamaron de recepción anunciándome que D Mario esperaba en el vestíbulo. Me había puesto un vestido de falda hasta la rodilla, con vuelo, ajustado el talle y en la parte superior cerrada con botones, debajo solo un minúsculo tanga y sin sujetador. Me esperaba a la salida de los ascensores, le besé en la mejilla y cogiéndole del brazo salimos al exterior. Entramos en su coche y recorrimos un pequeño trayecto hasta un restaurante donde fuimos recibidos por el ...
    ... dueño, que saludó a D Mario con mucho respeto y reverencia, acompañándonos a la mesa que íbamos a ocupar. La cena fue exquisita, regada de buen vino, licor en los postres deliciosos y amenizada por una conversación excitante, siempre subida de tono y contenido sexual. Empezaba a admirar a aquel anciano que sabía llevar su edad disfrutando de los placeres que otros no sabían hallar, cada vez me sentía más atraída por él.
    
    A la salida del restaurante esperaba a la puerta el chófer, iniciamos en coche el recorrido por la Avenida del Malecón, despacio, contemplando los edificios y las gentes, a la vez que D Mario me explicaba cada cosa que llamaba mi atención. Vimos un grupo de chicos y chicas que bebían al tiempo que escuchaban música y gastaban bromas, parecían pandilleros. D Mario mandó parar el coche y llamó a un muchacho: "Kelvin", gritó. Se acercó un joven como de 22 años y saludó:
    
    "Buenas tarde Doctor".
    
    "Te gusta mi amiga europea"
    
    "Es muy hermosa, me gusta mucho"
    
    D Mario desabrochó los botones de mi vestido de la parte superior dejando mis pechos al aire. "Puedes tocarlos" ordenó. El joven puso sus manos en mis tetas y las acarició por un momento hasta que D Mario le ordenó parar. Acto seguido levantó mi falda dejando al descubierto mi tanga.
    
    "Huele la vagina de la señora". El chico obediente bajó a olerme. Le preguntó si le gustaba el olor de hembra y el muchacho contestó que olía rico la panochita de la señora. Le dijo podía lamerme por encima de la tela, el ...
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