Compañeras de universidad
Fecha: 28/06/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos
... cosa.
- Tú dirás.
- Espero que me digas que si has cambiado o no desde la última vez que nos vimos -soltó sin más.
- No sé de qué me hablas -le dije, aunque estaba segura por donde iba.
- Las dos sabemos de qué hablo y por ello... recuerdo que, yo era la guapa del grupo, me seguían sobre todo ellos, pero tú eras una líder te adoraban, todos y todas te seguíamos. Aquel día me miraste con cara de deseo mientras me hablabas, me dijiste que estaba muy guapa y me besaste. Yo llevaba una falda corta, siempre me gustaron las faldas cortas. Y tú no quitabas la mano de mi pierna. Seguías acariciándome. Acercando tus caricias, poco a poco, en círculos cada vez más pequeños. Seguías hablando, me tocaste las bragas y me estremecí. Pero finalmente ¡¡No!! Y salí huyendo. A mi manera te quería, pero aquella situación me incomodaba.
- Yo creo que la culpa no era mía, sino tuya, porque me quitabas el sueño. Estabas a rabiar de bonita y atractiva. Me había encaprichado de ti.
- ¿Yo? culpa mía... -respondió con turbación.
- Vas a pillar frío. -La noche era fresca y le alcance una de las mantas apropiadas para el caso, ella se la echó por encima.
- ¿Me ibas a decir algo más?
- No quisiera incomodarte, yo te quería a mi manera, pero lo que pasó entonces...
- ¿Qué culpa tenía y tengo yo de ser así?
- Ninguna.
- Quisiera preguntarte otra cosa más.
- Tú dirás.
- Abras tenido amigos ¿verdad?
- Sí, soy bi, no desprecio y me gustan los hombres, pero ...
... cuando he tenido una relación más o menos duradera ha sido siempre con otra mujer.
- Me parece perfecto.
- Gracias. Me alegra que pienses eso. ¿Hay algo más que quieras saber?
- Ahora que lo mencionas, sí. ¿Crees que es posible satisfacer ciertas necesidades?
- Aunque nunca las hayas probado pero las deseas y quieres naturalmente es posible. -Ella apuró su bebida en silencio.
- ¿Qué estás haciendo? No puedo... no soy una... -Tras unos instantes de pensármelo, estaba pasándole la mano por su pelo y la cara.
- No seas absurda. Ahora no discutiremos las etiquetas de si eres o no lesbiana. Solo deseos. Tu deseo. Eso es lo que quiero que pienses. Puedes hacerlo.
Le ordené que flexionase las piernas, separase las rodillas y se subiera el vestido. Con júbilo comprobé que tenía ante mí el objeto de deseo que había anhelado años atrás. Obedeció sin dejar de mirarme, mientras me colocaba junto a ella tapándome también.
- Necesitas correrte, necesitas que te froten y te penetren el coño o incluso el culo -le enumeré con lascivia.
- ¡Sí! -respondió con convicción.
- Muy bien. ¿Preparada?
Ella asintió mientras apretaba los labios. Paseé los míos a los suyos en un beso hambriento y ella gimió en respuesta. Su boca era dulce, caliente. Se dejaba hacer, no sin mirar continuamente a uno y otro lado para ver si nos descubrían.
- Relájate… Esta oscuro y nadie nos está mirando.
Echó la cabeza hacia atrás, pasé la mano acariciándole entre sus muslos y gimió en ...