EL BUEN HERMANO
Fecha: 03/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... de entre los dedos de mi hermano y los míos, escapando de unos calzoncillos azules. Mi hermano no sacaba sus manos, me miraba a los ojos y empezaba a deslizar sus dedos sobre el tronco del pene, subiendo delicadamente hasta el glande. —¿Puedo verlo Javier? —preguntó en voz casi inaudible. —Prende la luz de la lámpara. Sebastián salió de la cama, soltando mi verga, y rápidamente encendió la luz. Ambos estábamos nerviosos pero seguros de lo que estábamos haciendo, en el fondo siempre supimos lo que sentíamos el uno por el otro. Se quedó de pie con una evidente erección propia, mirándome con picardía. Me quité lentamente los calzoncillos y me quedé sentado en la cama. —Acercate— le dije. Cerró los ojos un momento y volvió a moverse hasta mi lugar. Un hilo cristalino colgaba de mi glande y suspendía hasta tocar las sabanas y se alzaba en alto tocando por momentos mi abdomen. Su mano se posó sobre mi pierna derecha y fue subiendo hasta unas bolas velludas que parecían hincharse a montones. No me había rasurado en mucho tiempo, los vellos gruesos y negros se expandían alrededor del tronco y la base hasta el ombligo. Cuando finalmente tomó mi pene con su mano tibia me sentí morir, todo mi cuerpo se erizó causándome escalofríos. Me masturbaba y me sobaba los testículos, mientras se sentaba sobre mis muslos. Su pene blanco y rosado empezaba a salirse de sus pantalones de dormir. No me atrevía a tocarlo todavía. Se puso de rodillas a la cama y empezó a mamarme la verga ...
... haciendo giros alrededor de mi glande lleno de saliva. —No es la primera vez que te toco hermano— dijo. Yo no podía creerlo. —Siempre te toqué mientras dormías, desde los 10, hasta que se te ponía dura como ahora. Nunca lo hubiera imaginado pensé. —Pero no la vi hasta ahora, no me animaba a encender la luz ni mucho menos a meterla en mi boca. Mis manos se posaban en su cabeza de cabellos rubios y lo empujaba hacia mí. Hasta el fondo de su boca mi verga enterraba. Sentía como palpitaba mi pene venoso dentro de esa boquita y como su lengua viajaba por todo el tronco. Me corrí todo dentro de su boca, provocándole arcadas. Fue lo más hermoso que me paso hasta entonces, mi precioso hermano lamiendo mi verga, mis pelotas, devorándose mi semen y jugando con los vellos revueltos de mis genitales. Sus ojos clavados en mi pene en todo momento como en adoración y respeto, me provocaron el mejor y más tierno orgasmo de mi vida. Me acerqué y metí mi lengua dentro de su boca, lo besé suave y luego con dureza. Su lengua se entrelazaba con la mía, besándonos como amantes que no se veían desde hace mucho. Le bajé sus pantalones, sacando a relucir un rosado pene adolescente que se hinchaba con firmeza, con un poco de vello fino alrededor. Lo giré para contemplar unas redonditas nalgas, suaves y de un rosado infantil que me mataba. Mis manos abrieron esa abertura para ver un hoyo virgen y delicado. Mi lengua jugueteó lo suficiente para que se retorciera de placer… POR ASMODEUS