El despertar del erotismo
Fecha: 04/07/2020,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Alvaro G. Suese, Fuente: CuentoRelatos
... trasladen a ese mundo de ensoñaciones que todos deseamos alcanzar.
Un halo de misterioso embrujo invade la habitación. El olor a tu perfume, dulce y penetrante, se mezcla con el que despide tu cuerpo excitado. Fuera, la lluvia no cesa y por el ventanal mil gotas se deslizan como en una carrera, sin obstáculos, en la que todas tratan de llegar primero a la meta.
Tu cuerpo vuelve a arquearse, esta vez más que nunca, tan solo lo soportan tus pies y tu cabeza que reposan sobre la cama deshecha, el resto permanece en el aire, con tus piernas abiertas, gimiendo de placer, de un placer eterno. Mientras, mis labios juguetean con tus pezones erizados, los mojan, los mordisquean, los hacen sentir ocultos deseos.
Tus manos, entre tanto, acarician tus muslos, los recorren con una sensualidad indescriptible hasta que finalmente una de tus manos busca tu sexo empapado, mojado, desnudo de vello. Te das placer y mis labios no dejan de transmitir sentimientos a tu ser, a tu todo.
Vuelvo a decirte cosas al oído, en baja voz, nuestros secretos, nuestros sueños, los mismos que te susurré la noche del último guateque en aquel instante anterior a tu huida a las estrellas. Una mirada, dos manos juntas, un beso y ¿por qué no...?, una frase de amor.
La excitación te traslada a un estadio de placer casi absoluto. Deseas sentirte viva, deseas romper barreras, olvidar viejos tabúes, ser tú. Tus gemidos invaden la habitación, llenan el ambiente convirtiéndolo en un templo levantado en ...
... honor a los deseos, a las fantasías más atrevidas. Me gustas.
Deja que mis labios recorran tu cuerpo, que invadan tus espacios, que besen tu boca, que ericen tus pezones, que empapen tu sexo. Deja que todo yo seas tú. Que mis pensamientos sean tuyos, que mis deseos sean tuyos, que mis sueños sean tuyos también.
Fuera, el viento y la lluvia arrecian. La cristalera repiquetea con el golpeteo de las gotas al caer. Un murmullo cadencioso, evocador, se mezcla con tus gemidos que cada vez se hacen más patentes. Gimes llena de un placer incontrolable. Deseas saciar tus deseos. Quieres que el día se convierta en noche llena de magia, llena de misterios, llena de silencios cómplices; recorrer las calladas esquinas plagadas de sombras inquietantes; recorrer los espacios infinitos cogida de mi mano; sentir como la brisa surgida de un mar de secretos inconfesables acaricia tu cara mientras a lo lejos el último barco regresa al pequeño puerto.
Sigo tocándote, besándote, acariciándote. Tu cuerpo es mío es mis caricias, en mis susurros, en tus gemidos, en tus sueños. Deseo cabalgar sobre ti, recorrer la noche a tu galope, hacerte mía por un tiempo sin medida.
Un grito de placer sin límites rompe los silencios de la habitación. Se adueña de todo nuestro mundo. Los fluidos de nuestros cuerpos se confunden en uno y el sudor los empapa. Caemos rendidos sobre la cama, besándonos, amándonos, deseándonos para un siempre eterno que se oculta entre las sombras de una noche infinita.