53.1 Un enfado, una reconciliación
Fecha: 07/07/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... paseando y recordé cuando me llevaba sobre sus hombros, eran tiernos de imborrables recuerdos, del derroche de amor de un padre por su hijo.
Cogió mi mano con la suya ya arrugada para palmearla, y volver a soltarla en su afán de no demostrar sus sentimientos como siempre había hecho.
-He hablado con el abuelo de Gonzalo sobre ti, sobre vosotros. -calló y esperé a que continuara.
-En realidad él lo ha dispuesto todo y te incluirá en su testamento, suceda lo que sea con Gonzalo quiere dejarte seguro, hay otros aspectos que tendrás que firmar, no son importantes, acuerdo de confidencialidad y temas legales.
Sentía la angustia en mi pecho, los dos ancianos preocupados por mí, si yo no necesitaba nada, tenía mi trabajo y a Gonzalo, pero ellos querían dejarlo todo atado antes de faltar. No me interesaba saber el detalle de lo que hubieran acordado o dispuesto y nada pregunté, solo sujeté su arrugada mano y la llevé a mis labios para besarla.
Estuvimos un rato contemplando el paisaje, y escuchando el agua caer de la fuente a la sombra de los rojos ciruelos silvestres. Cuando regresamos mi madre y Gonzalo continuaban tumbados sobre sus hamacas en el jardín.
Comeríamos fuera, mi madre no quería trabajar en la cocina y prefería hablar con nosotros, además los sobrinos de Aurora no la habían traído aún para pasar unos días con ellos y se sentían muy solos.
Después de comer y pasar un tiempo en una terraza volvimos a casa, hacía mucho calor y salimos al jardín, lo ...
... teníamos todo él para nosotros, mi padre se había quedado hablando con unos lugareños del pueblo y mi madre nos acompañaba.
Era increíble que a su edad se conservara tan bien y estuviera rematadamente guapa en su traje de baño, de una pieza en color negro y una flor que cruzaba todo el bañador en diagonal de arriba abajo, una rosa enraizada que parecía abrazar todo su esbelto cuerpo.
Nos bañamos y jugamos un rato en la piscina hasta que a las ocho se marchó el socorrista, nos duchamos en casa y mis padres se dispusieron a salir para estar con sus amigos y dando por supuesto que pasaríamos aquí la noche.
Había sido también una decisión de Gonzalo, aunque íbamos retrasados y escasos de tiempo, y a pesar de tener que desplazarme un día a Bristol para estar con Joel y me llevaría casi todo un día.
Gonzalo y yo nos quedamos en casa, saldríamos un poco más tarde, cuando los jóvenes comenzaran a reunirse en sus lugares de encuentro. Gonzalo se tumbó en el sofá y recorrió con su vista las paredes y el contenido del salón con las cortinas cerradas para mitigar la intensa luz del sol a pesar de lo avanzado de la hora.
-Me encuentro muy bien aquí, podríamos descansar un rato antes de salir. –le empujé para que me hiciera sitio y me tumbé a su lado. Miré la inmensa araña de cristal que colgaba del techo y las plantas que bajaban por el lateral de la escalera del piso superior, recién puestas y tan verdes, y tan frescas.
Para mí todo era precioso, aunque comparado a lo ...