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El curita me vuelve dar por el culo.
Fecha: 11/07/2020, Categorías: Gays Autor: chichos91, Fuente: SexoSinTabues
... cerveza y baso, y llenando este de cerveza, le di un trago dejando luego ambos en la mesita que había. El curita, haciendo lo mismo que yo, terminó sentándose en el sofá a mi costado izquierdo. ¿Tienes frío? Me preguntó, echando su brazo sobre mis hombros, y arrimándome a su pecho. Bueno, algo de frío sí tengo, le contesté; y es que me estaba empezando a coger un poco el frío, al estar así desnudo, y de vez en cuando me daban escalofríos. Ven me dijo, abrazándome más sobre su pecho. Vamos a terminar las cervezas y vamos para la cama, que allí estaremos más calentitos, me susurraba al oído. Mientras me abrazaba sobre su pecho, me lamía y mordisqueaba la oreja, luego el cuello y hombro, mientras sus manos jugaban con mi polla, huevos y me pellizcaba los pezones. Mientras tanto yo, acariciaba su espalda, y jugaba con su polla, que seguía hinchada y tiesa. Le subía y bajaba la piel, dejando su glande al descubierto, y le acariciaba y manoseaba los huevos. Te gusta la polla, eh mariconcito. Estás hecho toda una nenita, pero una nenita muy guapa, y con un culito muy rico y apetecible. Eres toda una perversión, Dani, me susurraba al oído el curita, sin dejar de magrearme y abrazarme sobre su pecho. Cuando terminamos de beber las cervezas, yo ya volvía a estar caliente, y con más ganas de que el curita me volviera a ensartar en el culo aquella foronga que se gastaba, y que no había dejado de estar hinchada y tiesa. Ahora además de hinchada y tiesa a más no poder, se mostraba el ...
... glande colorado cómo si de un tomate se tratara. Ven me dijo el cura, levantándose del sofá a la vez que tiraba por mí, cogiéndome del brazo. Vamos para la cama, que allí estaremos más cómodos. Me llevó a la habitación donde estaba su cama, y después de abrirla, me tumbó sobre ella, quedándome boca arriba. Me levantó las piernas haciendo que las encogiera, y quedándome abierto y expuesto mi culo y polla a su entera disposición, llevó su boca a mi pobre polla, y después de darle una buena chupada, siguió lamiéndome los huevos hasta llegar a mi esfínter. Allí empezó a lamerme y intentar introducirme su lengua en mi ano, haciendo que yo gimiera cómo si de una gatita en celo se tratara. ¡Ahhh! ¡ahhh! ¡ay ay ay! Gemía y gritaba yo, mientras el curita lamía mi esfínter y trataba de introducir su lengua. Con mis manos agarraba la cabeza del cura, y sin dejar de gemir y dar grititos, me iba retorciendo de gusto. ¿Te gusta lo que te hago, eh Dani? ¿Te gusta, pedazo de maricón? Claro que te gusta, te retuerces de gusto y gimes cómo una putita. Dejó de lamerme el ano, y echándose sobre mí, hizo que mis rodillas llegaran a mi pecho, y colocando la punta de su polla sobre mi esfínter, empezó a meterme de nuevo su hinchada foronga. Nada más empezar a abrirse mi esfínter, el curita dio un empujón a su pelvis, enterrándome toda su verga de una vez. ¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemí al notar su polla entrar en mí. Ya está, ya no sufras maricón, que ya la tienes toda dentro de tu culito. Ahora goza y disfruta ...