La tentación fue muy grande (Como comenzó todo).
Fecha: 13/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: juandeldiablo1957, Fuente: SexoSinTabues
... ellos. Ella bajo con una Tablet en la mano y sin decir nada se sentó en el sillón que se encontraba frente de mí, levanto las piernas y las cruzo, lo que me permitió ver la tanguita que traía puesta, que a duras penas tapaba esa hermosa rajita que poseía, ese espectáculo me puso a mil, tan es así, que me tuve que parar e ir al baño para darme un baño frio, para ver si se me quitaban las ganas y los malos pensamientos con mi hija. Lo que pasaba en la casa era un cuento de nunca acabar, todos los días la veía andar con ropa ligera, siempre se sentaba en una silla o en la sala con las piernas abiertas cuando yo estaba presente, o me daba besos cuando me encontraba con ella en el pasillo o me abrazaba por atrás cuando no había razón, siempre vistiendo con ropa ligerita, que no me dejaba nada a la imaginación. Trataba de mantenerme ecuánime, a pesar de sentir que me hostigaba, no quería ver a mi hija con deseo. Pero el deseo en mi era más fuerte cada día, sin querer, me imaginaba besar sus carnosos labios, soñaba acariciar sus senos y probar el dulce sabor de su rajita, sueños que después me dejaba un dejo de culpa. Pero poseerla se había convertido para mí en una obsesión. Una vez, que me quedé sólo en casa, fui al cesto de la ropa sucia y busqué una de sus tanguitas, la miré bien y vi que tenían una ligera mancha en la zona de la vulva, pensé que eran sus fluidos e hice algo que nunca he hecho, me la lleve a la nariz para olerla, me senté en el sanitario y me masturbé ...
... pensando que me comía su vagina, no me quité su tanguita de la nariz hasta que me hube venido. Seguíamos en el juego del gato y el ratón, entre ella y yo, yo no sé, si ella lo hacía conscientemente, pero yo si estaba cierto del juego que estábamos jugando. Sin embargo, nunca me atreví a tocarla y créanme ganas no me faltaron. Nunca me permití llegar con ella más allá de un buen taco de ojo, como la tentación era fuerte, yo me salía de la casa con cualquier pretexto, para no quedarme con ella, hasta que una noche, sucedió lo que tenía que suceder o más bien, sucedió lo que ella quería. Esa noche llegue más tarde de lo costumbre a mi casa, la casa estaba a oscuras, sin esperar más, me dirigí a mi recamara, me quite la ropa quedando solamente en calzoncillos, pase al baño y al salir, ella estaba ahí parada en medio de mi habitación, al verla ahí, sentí un corrientaso eléctrico que recorrió todo mi cuerpo, despertando en mi toda la lujuria que sentía por mi hija y que ella misma había provocado muy sutilmente. Me quede maravillado con lo que vieron mis ojos, ella estaba ahí paradita esperándome, vestía una batita de color rosado, yo podía ver muy claramente el par de tetitas que tenía y sus pesoncitos parado por el roce de la batita. No había que decir nada, así que, me abalance sobre ella la abrace, y la empecé a besar con locura, nuestras lenguas se entrelazaban en nuestras bocas, mientras mis manos recorrían con fruición su cuerpo, le agarre su par de nalgas, las apreté, las sobe y ...