Aventuras nómadas -V Final -bisexual- - Relatos Eróticos

Aventuras nómadas -V Final -bisexual-

Parte V Final de la aventura Al día siguiente, Hele hablo con James para que llevara a Leo a una misión en la cual había españoles, a veinte kilómetros, llegaron a la casa de unas monjas que James las conocía y estas se alegraron mucho de verles, les invito a comer. Allí convivían cuatro monjas españolas, de mediana edad y cuatro nativas. La superiora por la tarde les llevo a ver las cosas que allí ellas hacían con el poblado, desde el colegio, el dispensario… Leo sin darse cuenta se había dejado su móvil en la casa de las monjas y quiso volver a recogerlo y le dijo a su hermano que se quedara que sabía ir, estaba a menos de diez minutos. Cuando llego a la casa, viendo que estaba abierta entro. Estuvo buscando el comedor en el cual habían comido y de seguro que iba a estar allí. Paso por la cocina, oyó unas voces muy bajas, fue hacia la puerta y la abrió y vio a la monja de rodillas con un chavalito de su misma edad que le estaba comiendo el rabo. Además la monja era una española, de cerca de 60 años, robusta. El chico se dio cuenta de Leo. -Marta- ¡dios mío! tu qué haces aquí… dios… veras -Leo- yo pensaba que las monjas no hacían esas cosas… ¡será guarra! -Marta- mira, una tiene sus necesidades y esto no es pecado, si quieres te unes… y si no te largas… Dicho esto, Leo entro, la monja la ponía y se fue bajando la cremallera para dejar salir su miembro y ya ella se lo cogía. -Marta- no digas nada esto… las otras a escondidas lo hacen… no digas nada… todas lo sabemos pero ...

... ninguna dice nada… hasta ellos se lo montan con las negras, pero nunca lo contamos… -Leo- a mí que me importa lo que hagan, chupa y punto… joder con el negrito, menudo rabo que tiene –decía ya que era más grande que el suyo- -Marta- si, hoy tengo dos para mi… que ricos… el tiene tu edad y sale como todos los negros, ya casi le mide 20 cm… El chico negro se apartaba para arrodillarse y colocar a la mujer en cuatro y subirle el hábito para irle buscando el coño, acerco la boca para comérselo, le gustaba comer coño de blanca… -Leo- parece que el chico ya sabe lo que quiere… y pensaba que las monjas eran santas y toma… -Marta- hay de todo… la mayoría son santas, pero hijo, luego están las ovejas negras y echarse un polvito, chico te alegra la vida… que yo me hice monja con treinta años y tuve unos cuantos novios… aaaaaaa, dios –gimió ya que el chico se la metió- dios, como folla el negro… dios como me folla… si yo te contara… -Leo- si, te gusta pecar… es una pecadora… mejor pecar en esto que no en otras cosas… joder como la chupa, que boca tienes… luego me cuenta… tiene buen culo… buen culo -Marta- si, te gusta… ¿tienes tu mucho sexo por aquí? eres muy guapo, seguro que ya te has estrenado ¿verdad? si aquí todos nos conocemos… todos Leo no quiso decir nada y de seguro que la monja sabia lo de su padre y hermano y que este se lo montaba con su madre, luego le preguntaría. -Leo- eso es cosa mía… no suya… joder… te la voy a meter está el fondo, cacho puta… ese chocho de monja pecadora, ...