Acosado y seducido (2)
Fecha: 17/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... muy dura que seguía frotándose contra mis nalgas provocándome sensaciones enloquecedoras… Hice un último intento por negar esa verdad que se me estaba revelando incontenible, muy clara y traté de librarme de esos brazos que me retenían con fuerza…
-Quieto, Jorgito, quieto… me susurró al oído el señor Trovatto mientras me besaba lentamente en la oreja izquierda y después en el cuello y los hombros…
Yo recibía esas apasionadas demostraciones erizado de pies a cabeza y temblando como un papel en el viento, entregado completamente a ese hombre que me tenía en sus manos…
De pronto se apartó, dio un paso atrás y sacó afuera su verga erecta y los huevos, me ordenó que me arrodillara y lo hice…
-Abrí la boca, Jorgito… -y la abrí y él entonces me metió su verga en la boca con tal envión que me llegó a la garganta provocándome arcadas… Él la dejó un momento en esas profundidades mientras reía sádicamente, hasta que por fin la hizo retroceder un poco y me ordenó que empezara a chupársela…
Tenía buen sabor esa verga y me gustó sentirla bien dura… Estuve disfrutándola un rato con los ojos ...
... cerrados hasta que él me ordenó que lo mirara mientras mamaba y al mirarlo su expresión de perverso morboso me excitó más…
Después de un rato me la quitó de la boca, me puso de pie tomándome de un brazo y me llevó al escritorio, lo desocupó de papeles y de objetos y me ordenó que me inclinara hasta apoyar el pecho en la madera…
En esa posición lo vi quitarse los zapatos, el pantalón y por último el calzoncillo de algodón blanco… Su verga seguía tentadoramente erecta y yo temblaba mirándola fijamente, como hipnotizado…
Él sacó del primer cajón del escritorio un pote con crema y comenzó a untarse la verga mientras me miraba con una sonrisa lasciva que curvaba sus labios…
-¿Qué… qué está haciendo, se… señor Trovatto?... murmuré balbuceante…
-Me la estoy lubricando, Jorgito, para poder metértela hasta los huevos en ese lindo culo que tenés…
-¡Ay, señor, me va a doler mucho eso!... –me alarmé al ver las dimensiones de ese ariete y pensar en lo pequeño del orificio anal…
-Tranquilo, Jorgito… Tranquilo… -me animó él mientras rodeaba el escritorio y venía hacia mí…
(Continuará)