Dos Hembras en VillaMacho - Cap. 1
Fecha: 17/07/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Hardcore,
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... con abundante loción. Volvió a mirar el cuerpo de Sandra como si fuese la primera vez: su presa mantenía los pies suspendidos en el aire y balanceándose sobre sus caderas, los muslos y los gemelos formaban unas perfectas uves. La tira del bikini estaba todavía más incrustada en su culo de lo que lo estuvo cuando se fue.Ella ni se m*****ó en mirar hacia atrás, porque temía que estuviese desnudo o con un bañador similar al que llevó a la piscina.— ¿Te importa si me siento encima?— Ujum -musitó en tono afirmativo. El madurito se sentó por fin sobre aquellas nalgas, con una rodilla recogida y la otra pierna totalmente estirada. Miró una última vez a aquellas nalgas mientras pensaba ``vais a tener que esperar a vuestro turno un poco más´´, y dejando el bote de aceite a un lado juntó la palma de su mano, encharcada con el lubricante, contra la cálida espalda de su presa e inició el masaje en círculos mientras la hidrataba.No quiso iniciar el masaje presionando fuerte, se limitó a dar poco más que sencillas caricias; ni rápidas ni lentas, al ritmo perfecto indicándole que no iba a haber ninguna prisa. Sandra intentó por su parte no impresionarse de la habilidad de sus manos ni de sacar una opinión positiva de aquel masaje… pero le resultó imposible. Pasó de intentar mantenerse escéptica y crítica a ser difícil de convencer, y de este a estar completamente relajada; todo esto en una en poco más de dos docenas de segundos. >><< ``Hacía tanto que nadie me tocaba así´´ gimió para ...
... sus adentros. No recordaba que Joaquin se lo hubiese hecho nunca, y quienes le habían obsequiado con algo similar eran fisiote****utas profesionales, por los que había tenido que pagar y duraba poco tiempo. Fue en ese momento, en el que sin ninguna excitación ni ningún impulso sexual a la vista, simplemente disfrutó del masaje. Antes de esto, cuando estaba por iniciar el masaje, no se fiaba de sus propios instintos. Le agradó descubrir que no iba a sacar el masaje fuera de contexto permitiéndose a sí misma gozar de aquel masaje sin ningún tipo de preocupación, siquiera por los temores enfocados a aquel mismo hombre que le estaba dando el masaje.Se centró en sus manos frotándole con las palmas la espalda. Eran dos, pero no tardaron en dividirse en diez entes independientes que patinaban sobre su piel. Brincaban sobre sus vertebras y costillas sin evitarlas, recorrían los costados del torso y la femenina silueta de sus hombros. Su paseo se convirtió en senderismo, y este en alpinismo cuando los dedos de la mano derecha escalaban decididas por el cuello hasta llegar al cuello cabelludo; la otra mano en cambio, se quedó masajeando en círculos, un poco más arriba de sus nalgas. Sandra notó su pelo impregnándose de aceite, pero no le m*****aba. Suspiró al notar aquellas expertas manos hacer puénting en caída libre, desde sus hombros hasta unos centímetros por encima de las nalgas y, como si fuesen dos manos skaters, agarraron la rampa y aprovecharon la inercia de la bajada que les ...