Mi Cuñada Susana: La CuñiVaca
Fecha: 21/07/2020,
Categorías:
Tabú
Sexo con Maduras
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
Una de las ventajas de ser nudista es que habitualmente, la familia también lo es. Y si esta familia se compone de dos cuñadas, una mayor y una menor que mi mujer, es realmente divino. Siempre que he ido a la playa con mis cuñadas me he fijado en sus coños y como la edad hace que lleven diferentes “peinados”. Tanto mi mujer, de cuarenta años, como su hermana pequeña de treinta, han llevado siempre el coño depilado hasta que se hicieron el laser, lo que las dejo “pelonas” ahí abajo. Sin embargo, la mayor, Susana, que ahora cuenta con 47 años, siempre lo había llevado recortado para que el pelo no le saliera por la braga, de tal manera que cuando se quedaba desnuda en la playa, parecía que llevara un tanguita.Sobre ella deciros que es una hembra de pelo rizado como sus hermanas, con un par de tetas naturales tan grandes como su cabeza y pese a ellos duras y recias, con unos pezones centrados y negros desde que tuvo a mi sobrina que te desafían cuando se ponen duros. Son tan largos como una falange del meñique y muy reactivos a cualquier roce. En otra mujer con menos pecho, ese pezón centrado igual estarían demasiado arriba, pero en su caso, le quedan a la altura justa para que parezca que están más arriba de lo que en realidad los ha puesto la edad y la gravedad. Y la edad la ha tratado bien, pese a su constitución fuerte, no tiene barriga ni celulitis.Es increíble lo que uno puede deducir de cómo van las relaciones sexuales de una pareja mirándole solo la entrepierna. ¿Qué ...
... por qué digo esto? Sencillo…. Cuando todavía nadie en la familia sabía por los problemas que estaban atravesando ella y su marido empezó la temporada de playa. Y al ir el primer día me fije en la mata de pelo que cubría su coño. “Eso” siempre estuvo recortadito, sin depilarse nunca del todo, pero siempre con la raya del bikini hecha. Por lo que me había contado el cuñado, no es que fuera una maravilla en la cama (o eso decía él) pero no era la típica que se estira y tienes que hacerlo tu todo y eso me cuadraba con el “peinado” arreglado pero sin florituras. Algo para “llevar a diario”, vamos.Cuando esa mañana se quito el bañador y dejo la entrepierna al aire pude ver una mata de pelo desordenada, abundante y descuidada, nada propio de una mujer a la que su marido monta de forma regular. Como es normal, en toda la mañana no le quite el ojo de encima y me pude fijar que, cuando se giraba o ponía en cuclillas para buscar algo en la bolsa de la playa, para ponerle crema a mi sobrinita mayor o se levantaba, incluso su ojete tenia pelo, algo inusual en ella. Y no solo a mi me llamo la atención ese detalle.Estando estirado en la toalla, se acercaron mi mujer y Susana y se tumbaron en las toallas que teníamos puestas una al lado de la otra. Mi mujer, María, tras mirarme y creer que estaba dormido, le pregunto abiertamente- María: Susana, cielo… llevas una selva ahí abajo – le soltó con su habitual desparpajo – solo falta poner “Welcome” y tienes un felpudo- Susana: Joder, María, que ...