Noche de tres - Relatos Eróticos

Noche de tres

1:30 de la noche. Miro por el objetivo. Enfoco. Disparo. Ana me mira un instante con ojos salvajes. Luego sigue chupando y masturbando una enorme polla.00:00. Ana y yo bailamos al ritmo de la música electrónica. Es un ritmo hipnótico. Erótico. De manera que pone el culo pegado a mi y se contonea suavemente al ritmo de la música. Entonces observa de que en la barra un solitario chico negro se fija en nosotros con evidente atención.En nuestras fantasías siempre había existido el incluir a otra persona en nuestros juegos sexuales. Sin embargo los miedos lo han impedido, pero tras tanto tiempo vemos que son infundados. Nos queremos. Le susurro a Ana al oído una sugerencia tentadora y graciosa. Ella ríe y continúa el baile. Se gira y me susurra otra cosa. Miramos de reojo al negro. No hay dudas sobre su interés en Ana, a pesar de que gire la mirada y disimule cuando nota que le mira.00:10. Seguimos bailando, pero la idea ha calado en su cabeza y sigue mirando de reojo al negro. Lo hablamos rápidamente y le digo que vaya a la barra y hable con él mientras yo voy al baño.1:00. Llegamos al piso con nuestro invitado especial. Vamos diréctamente al dormitorio. Hablamos. Él se sienta en la cama mientras nosotros dejamos las cosas. Me acerco a Ana, que habla con él, y la abrazo por detrás, cogiéndola de la cintura. La acaricio juguetonamente mientras hablamos. Miro de reojo. Él nos mira con envidia mientras nos besamos… esos besos con lengua que da Ana derretirían al más gélido, y este ...

... hombre ciertamente no lo parece. Lo miramos sonriendo y le invitamos a acercarse.Se levanta viene hacia nosotros. Es más alto que yo. Baja la cabeza y Ana le besa tan dulcemente como a mi. Mientras tanto voy desabrochándole el vestido por la espalda. El vestido cae al suelo y ella se queda en ropa interior. Tiro de ella ligeramente para que el negro la contemple bien… sus pechos, sus caderas, sus piernas. Él la mira evidentemente caliente con una gran erección que emerge de sus estrechos pantalones y empieza a desvestirse. La ágil lengua de Ana ha hecho su efecto. Le beso el cuello y le susurro unas palabras. El sostén y el tanga caen al suelo. Sólo quedan las medias que enmarcan su cadera.1:10. Ella queda emparedada entre dos hombres que la besan y la acarícian. Nuestros endurecidos miembros le rozan la suave piel, poniéndola a mil. Nos los coje y empieza a menearlos. No puede creerlo pero está pasando. Su fantasía se está haciendo realidad. Dos hombres pendientes de ella al mismo tiempo. Besándola. Amándola. Dos pollas para ella sola. Se arrodilla y las contempla de cerca. Se recrea en ellas y les da placer. Las roza con su lengua, sus labios, sus mejillas. Las llena de saliva para que se deslicen mejor.Pero las necesita ya dentro de sí, de manera que empuja suavemente al negro hacia la cama y me arrastra a mi detrás. Se sienta sobre las piernas del negro, cuyas manos no están quietas y se posan en sus generosos pechos y caderas. Coge el enorme pollón con la mano y lo va ...