La reeducación de Areana (14)
Fecha: 06/10/2017,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... recibió con un escalofrío los labios de la dómina, esa lengua al encuentro de la suya. Sintió que sus piernas flaqueaban y hubiera caído al suelo de no ser porque Elena la sujetaba por la cintura con ambos brazos. Sentía el cuerpo de la dómina pegado al suyo, y esa rodilla que ascendía por entre sus muslos hasta llegar a la entrepierna y comenzar un frotamiento al par que ambas manos de Elena le aferraban las nalgas con fuerza.
Eva ardía y respiraba agitadamente mientras los labios de Elena se deslizaban por su cuello, por sus hombros y esa rodilla seguía frotándose contra su concha que era ya un río de flujo. De pronto Elena la derribó de un empujón sobre la cama y le ordenó que doblara la almohada en dos y se tendiera de espaldas con la cabeza en la almohada. Cuando Eva estuvo en esa posición, la dómina se arrodilló sobre ella, con las piernas a ambos lados del cuerpo de la sumisa y fue deslizándose hacia delante hasta que su concha quedó a la altura del rostro de Eva.
-Ya sabés qué hacer, puta… ¡Vamos! –y Elena comenzó a lamer esa concha en cuyos labios exteriores brillaban algunas gotitas de flujo. Las bebió y luego su lengua hendió ambos labios y empezó a ir de arriba abajo, a derecha e izquierda una y otra vez y a jugar con el clítoris, de inmediato duro y fuera del capullo. En el colmo de la excitación, Eva tragaba el abundante flujo que iba brotando y oía extasiada los gemidos y jadeos de la dómina, sus frases obscenas, los insultos que profería. Eva lamía y ...
... lamía y cada tanto succionaba el clítoris con fruición hasta que de pronto los jadeos de Elena se hicieron roncos, casi rugidos y segundos después llegó el orgasmo, largo, violento y con una abundante eyaculación que Eva bebió completa para quedar después como embriagada, balbuceando frases ininteligibles con los ojos cerrados y respirando agitadamente.
Elena se tomó unos minutos para recuperarse tendida de espaldas junto a la sumisa, hasta que se incorporó a medias y sacó del cajón de la mesita de noche un vibrador de color piel que imitaba la forma y la textura de un pene y un pote de vaselina.
-Abrí la boca, puta pervertida. –ordenó y cuando Eva lo hizo le metió el vibrador hasta la garganta, provocándole arcadas.
-Es grande, ¿eh, perra? Y así de grande como es te lo vas a tragar por el culo. –dijo Elena y retiró el vibrador de la boca de la sumisa para después embadurnarlo con vaselina.
-Ponete en cuatro patas, pedazo de puta.
Cuando la tuvo en esa posición le aplicó un poco de vaselina en la entrada del ano y luego tomó el vibrador para dirigirlo hacia el objetivo. Eva dio un respingo al sentir la punta del vibrador y eso le valió un chirlo y una amenaza de Elena:
-Quieta, perra de mierda, o en lugar de cogerte te voy a despellejar el culo a cintarazos.
-Perdón, señora Elena… Perdón… -rogó la sumisa y entonces Elena le dijo:
-Por fin te tengo, puta… ¡Por fin!... Por fin para mí este culazo que tenés, por fin para mí tus ubres, tu concha de perra ...