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Gracias a Felix...
Fecha: 05/08/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... desatado: capté todo el esplendor de ese hombre: vientre peludo, pero muy plano me pareció para su edad, buen pecho lobo (firme, prieto), y una poya que gritaba "cómeme, cómeme". Dios... Sin embargo él se agachaba ya diciendo algo: "a ver tu juguete de cerca, a ver..." Y riendo me dio un puñetazo de broma en mi vientre, a lo que me dijo "estás fuerte como yo, chaval", y me sacó juguetonamente mi nabo morcillón (la tensión me había acojonado un poco, la verdad), para sonreir y decir: -Blas, mira lo que te digo: como esto se levante, más vale que corra si no quiero que me atravieses el culo sin querer... ¡Pedazo chorizo! -¡Tio! –me reí yo-. Que no es más grande que el tuyo, en serio... Mi chorizo resbaladizo, como él lo llamaba, creció enseguida que Félix lo dejó al descubierto cariñosamente, abriendo la bata, y cogiendo el borde de mis calzoncillos con las dos manos... Hubo tantas cosas que quise hacer en el momento: se unió en un instante el deseo de sexo, el deseo de desatar los impulsos reprimidos, la timidez, la sumisión, la personalidad salvaje y loca... Y decidí quedarme allí disfrutando de las caricias de Félix. Asombrosamente no parecía que se hubiese dado ningún cambio en su actitud, y por eso estaba con la boca abierta mientras manejaba mi aparato, el cual pronto se puso firme y vigoroso: Félix seguía sonriendo con esa... naturalidad suya que le hacía tan agradable. Igual podríamos haber estado charlando y contando un chiste que con el mismo ...
... humor, se me acercó para chuparme un pezón. -Y ahora mira, a ver si te gusta esto –me dijo levantándose y guardando a duras penas su paquete: me hizo gracia que se subiese el slip porque no podía evitar que su gordo capullo rosado sobresaliese por encima, mojando los pelillos del ombligo de líquido preseminal... -¿Por qué te guardas la polla? –le pregunté serio. -Chssss, calla, que antes de eso quiero que juegues con otra cosa. Mira, Blas, mira... esto a los jovencitos os gusta mucho, ¿eh? Simplemente se había subido la camisa que llevaba puesta para dejarme ver de nuevo el pecho. -Sí, me gusta... No muy peludito, pero lo suficiente, y con forma... Félix soltó una carcajada: -¡Si no has visto nada! ¡Mira ahora! Y se puso en tensión, haciendo fuerza con los músculos y poniéndose rojo como un tomate, ¡tan rojo como el capullo de su pollaza! ¡Parecía a punto de reventar! Cómo me reí... Pero el caso es que se le marcaron los pectorales, sí señor, y cuando me invitó a que palpase me encontré con que estaba bien duro, como una piedra. -Tócame bien... Blas, qué joven eres, qué bueno estás... -Tú sí que estás bueno –le susurré al oído mientras extendía las manos sobre su pecho. Pronto dejó de hacer fuerza y se volvió algo más carnoso, pero no me importó: yo me había puesto de pie y estaba dispuesto a inspeccionar el cuerpo de mi amigo... Pero él, como es más vicioso que yo, también quería explorar el mío, y mirando hacia abajo descubrió que de entre la ...