1. Desayuno a la cama...


    Fecha: 07/10/2017, Categorías: Humorísticos Autor: Srita. Sweet Ca, Fuente: CuentoRelatos

    El ambiente caótico de la Ciudad de México puede estresar hasta al ser más pasivo y practicante de yoga ¡se los juró! No hablemos del tráfico que pareciera interminable y menos de la histeria colectiva de la que ya es presa la ciudadanía entera. El pensar madrugar en sábado es una de las cosas que rara vez puedo considerar dentro de mi itinerario de fin de semana, pero aquella mañana de abril cuando me llamó Diego, no dude un instante en sacrificar un par de horas de sueño.
    
    Diego, es un viejo amigo. Lo conocí en una fiesta y bueno, podría decirles que el flechazo fue casi inmediato. De eso tendrá cerca de ocho años aproximadamente, en aquel entonces tuvimos algunos encuentros sexuales y totalmente pasionales, pero por cuestiones del destino tuvimos que separarnos por un tiempo. Él tuvo una hija, nunca se casó pero finalmente su vida cambio, ahora estaba llena de responsabilidades y compromisos. Yo, seguí con mi vida, aunque la verdad nunca pensé en que podría volver a verle.
    
    Esa mañana recibí un mensaje cerca de las siete de la mañana–“Hola. Llevo semanas pensándote y aunque sé que fui yo quien se alejó, no dejo de pensarte. Han pasado años, pero no el deseo que tengo de volver a verte. ¿Podríamos vernos hoy mismo?”-debo de confesarles que me sacó de onda la petición, pero sabía que por algún motivo “poderoso” él tenía la urgencia de verme y sí, tal vez de platicar con alguien cuestiones de su vida que podrían ser complicadas. –“Hola. Que gusto leerte Diego ¿estás ...
    ... bien?, me encantaría verte ¿podría ser por la tarde?”- tardo unos minutos en responder–“No, en la tarde es demasiado. Paso por ti en quince minutos, no ando lejos de tu casa”-me incorporé como resorte de mi cama e hice realmente un “trucazo” de magia por que en menos de diez minutos estaba bañada y lista ente comilla para verlo. Apenas me dio tiempo de medio maquillarme y ponerme lo primero que alcancé a tomar del ropero y de la peinada ¡ni hablamos!
    
    ¡Por fin llego!, guapo como le recordaba la última vez, con el cabello intacto y oliendo riquísimo.–“¡Hola preciosa!, no sabes cómo ansiaba volver a verte y sentirte entre mis brazos.”- me abrazo y saludó de una forma que hizo enchinar cada centímetro de mi piel, porque el beso húmedo y rico que me dio no fue precisamente en la mejilla y menos en la boca, sino, en mi hombro derecho, recordando perfecto mis puntos “débiles”. Subimos al auto y él arranco sin un destino definido al menos para mí–“ ¿A dónde vamos Diego?, ¿Cuál es el plan?”- él me volteo a ver y poniendo su mano en mi pierna exclamó–“Déjate llevar, no te va a pasar nada. El plan es simple, desayunaremos y nos cargaremos de energía positiva”- y sí, quede conforme, aunque la verdad es que se me antojaba algo más que un simple desayuno con ese hombre.
    
    -“Y, ¿cómo has estado?, el mensaje de hoy me desconcertó. Pensé en verdad que nunca más o al menos en un largo, larguísimo tiempo no sabría de ti y de tu vida.”-. –“Todo ha estado bien. No preguntes ya, porque no quiero ...
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