Mi papá aprovecha las vacaciones para enseñarme el sexo - Relatos Eróticos

Mi papá aprovecha las vacaciones para enseñarme el sexo

... lechita y otros les gusta que se las echen adentro de la colita. Cuando se quieren mucho, mucho, mucho, se besan, se acaricia, se abrazan, se dan besitos y se dan lechita. Yo le pregunte si les daban leche como la que me acababa de traer y me dijo que no, que era una lechita más rica y más especial. Que si mi portaba bien me iba a dar para que la probara. Luego me abrazo por el hombro, puso su rostro sobre el mío y con aliento alcohólico me dijo: - Yo te quiero mucho, mucho hijo. Eres mi favorito de todos, por eso te quiero mucho. - Yo también te quiero mucho papá. - A ver, demuéstramelo y dame un beso. Le bese la mejilla y él me dijo: - No, así no, dámelo en la boca. Entonces le di un beso tímido en los labios, pero el agarro mi rostro y me dio un beso muy profundo, con la lengua dentro de mi boca. Olía a cerveza, pero me gusto mucho. Aunque debo confesar que si me asuste un poco. Seguimos viendo la película sin decir nada. Él me tenía abrazado por el hombro, bebiendo su cerveza y yo con mi leche. Luego me pregunto: - ¿Quién te gusta más, las señoras ó los señores? - Los señores - ¿Por qué? - Porque me gusta verle sus pompis y su tilín cuando se sientan. - Y ¿ya se lo has tocado a un señor? - No - Y ¿se lo quisieras tocar? - No sé- respondí tímidamente. No dijimos más. Unos minutos después se levanto y me dijo: - Está haciendo mucho calor, me voy a quitar los calzones para estar más fresco. Tú también quitártelos para que estés más cómodo. Le dije que me daba pena, porque ...

... tenía el tilín duro. - No hay problema, hijo- dijo. Y que se baja el calzón y sale la verga bien parada y mojada. Estaba babeando. - Mi tilín también esta duro. Se acerco y me dijo que no tuviera vergüenza. Mi padre es un hombre velludo, pero nunca lo había visto desnudo y con el tilín parado y peludo. Me preguntó cómo se veía y le dije que bonito. Me quite los calzoncitos y mi pitito salto al aire. Quedamos mi papa y yo desnudos. Recuerdo sus wevos y vientre peludos, con la verga bien parada y babeando, con su cerveza en la mano. Se comenzó a frotar los wevos y me dijo: - Así está bien, encueraditos los dos; como hombres. ¿Cómo ves hijo? ¿Te gusto? Yo asentí con la cabeza, y me preguntó: - ¿Te gusta ver las pompis y el tilín de los señores? ¿Quieres ver las mías y acariciarlas? Se volteo y vi sus pompis. Eran velluditas, grandes y redondas (lo que sea de cada quien, mi padre tenía unas nalgas muy ricas). Sentía mi cuerpo bien caliente, no sabía porque, pero me acerque a mi papá y le toque las pompis. Eran peludas y duras. - ¿Te gustan hijo? ¿Qué les quieres hacer?- me pregunto mientras bebía su cerveza. - Besártelas y abrazarlas- respondí. - ¡Hazlo!- fue su respuesta, que más se escuchaba como orden. Las abrace y pegue mi mejilla en ellas. Me gustaba la sensación y el olor. Le di unos besitos y las acaricie. Nunca había tocado unas nalgas, mucho menos las de mi padre. No sé a qué se debía, pero me sentía muy emocionado y caliente. Al momento de abrazarlo, sentí los vellos de ...