Laura y su ama (Capítulo 7) - Relatos Eróticos

Laura y su ama (Capítulo 7)

Laura, la perra original de su majestad al ver la exitosa manera con la que se ganó la admiración de esa clienta, se acercó y se arrodillo ante su ama y suplicó permiso para hablar. Su ama le permitió unas palabras, Laura agradeció el permiso e inmediatamente tomo la palabra diciendo, “Alteza estuve viendo desde lejos la manera tan sencilla con la que fue envolviendo a esa señora para terminar teniéndola como una clienta segura, muchas felicidades Ama”.

Muchas gracias perra, pero eso es fácil cuando se tiene personal capaz y dispuesto a dar lo mejor de sí mismo, es por eso que exijo tanto a mis perras, para asegurar un éxito definitivo, parte de ese éxito es debido a su desempeño. En recompensa voy a permitir que solo trabajen 14 horas en vez de sus acostumbradas 16 horas, y hazlo extensivo a las demás perras. Laura sorprendida de esa actitud beso a su ama los pies en agradecimiento por la consideración de ese día.

El ama revisó de nuevo su cuenta de Facebook y notó que tenía cerca de 20 solicitudes de renta de meseras, era impresionante la fuerza con la que arrancó su negoció de meseras, y si se considerara el número de ventas que tenía la tienda, se podría decir que había sido un éxito más que definitivo.

El ama llamó a su sequito de perras para preguntarles cómo iban en su entrenamiento de meseras, así como con el de chicas baño. Las perras respondieron “Muy bien ama, de hecho, ya no extrañamos nuestra antigua manera de comer, con decirle que ya ni se nos ...

... antoja”. El ama esbozó una sonrisa por el éxito obtenido de sus perras con su nuevo estilo de vida.

El ama dijo a su colección de perras “váyanse preparando porque tendremos muchas reuniones en poco tiempo, empezando esta semana”, las perras respondieron “no se preocupe majestad, estamos más que listas para dar nuestro mejor esfuerzo para no defraudarla”.

El ama al ver la buena voluntad de su harem, les permitió acercarse a besarle los pies libremente; las perras agradecieron el gesto amable de su dueña.

El ama ordenó a su sequito que regresaran a sus labores domésticas y después a su entrenamiento, el sequito sin dar la espalda se retiró a cumplir con sus obligaciones para después continuar con su educación de meseras y su manera de alimentación.

El ama habiendo despachado a su colección de perras empezó a responder las solicitudes y pedir a su clientela que no solo solicitaran el servicio, sino que además le especificaran la fecha deseada recordándoles que para dar el servicio que ellas merecen, se lo solicitara con 48 horas de anticipación, de esa manera se podrían agendar con tiempo y poder dar un servicio de calidad.

La clientela al recibir de vuelta sus peticiones de servicio de meseras y que además se les pedía especificar la fecha deseada, se dieron cuenta que en ese establecimiento si se tomaba en cuenta al cliente, y no como en otros lados que solo les preocupa hacer dinero.

El negocio empezó a prosperar a pasos agigantados, ya que ya no era necesario ...