Tibias hojas de eucalipto. Parte 2.
Fecha: 18/08/2020,
Categorías:
Gays
Sexo en Grupo
Autor: Faunux, Fuente: xHamster
... que estaba en la cámara, esta daba a otra habitación un poco más caliente, eso me parecía genial, no era como en otros recintos donde debías regular la temperatura, aquí si requerías más calor, te ibas adentrando más, pese a la poca visibilidad el lugar era agradable, se sentía limpio, ordenado y acogedor, en esta recámara habían más personas, un par conversando en una esquina de manera más intima, otro hombre apoyado sobre sus rodillas en una posición penitente como queriendo sudar más y otro tipo que sin ninguna inhibición se masturbaba lentamente recostado, tomándose su tiempo en un ritmo infrecuente de movimientos lentos y pausados a cambios bruscos y rápidos, a su lado otra puerta, desde el vidrio se apreciaba una oscuridad aún mayor.Decidí ir mas adentro aún, me sentía un explorador en los valles del deseo, esa puerta extrañamente llevaba a un salón donde ya no habían bancas de azulejos construidas como parte de los muros, ahí habían muebles, reposeras, sillas amplias para recostarse, la temperatura era aún más caliente y no sólo por el vapor, ahí había movimiento, había sonidos, suspiros, gemidos, la cámara estaba diseñada para mantener y condensar el vapor a un nivel que era imposible ver de la cintura para abajo, pero todos podíamos vernos los rostros, por lo menos todos los que estaban a la altura adecuada para hacerlo y no estuvieran arrodillando mamando una polla o siendo penetrados en un delicioso “doggy style”.Admito que ese ambiente invitaba a la ...
... entrega, al desprenderse de los miedos y lanzarse al placer, no había restricciones, me rodeaban lenguas recorriendo rígidas vergas que temblaban y se estremecían, siluetas cabalgando frenéticamente sobre penes inflamados de tanto coger, el rasurado “Pink Floyd” que me hablo en la primera cámara ya había puesto manos a la obra y de pie con una pierna elevada sobre uno de los sillones apretaba los hermosos glúteos que tenia mientras dejaba a otro ebrio del deseo engullir su pene ahora si expandido al máximo de tanta succión, su benefactor a la vez era atendido fervientemente por otro “comensal” que tomándolo de los glúteos estiraba la piel para ampliar la zona de su ano y convertir su lengua en un falo violador que lo haga pedir más y más.Todo era una danza macabra, un ballet de fluidos y contorsiones, a cada paso mi polla se hinchaba más y más, dudo que alguien pudiese resistir el probar esta libertad, deseo, deseo puro que va envenenándote, triste ambrosia que en el fondo sabes que no es eterna.Al fondo de la recámara, entre las bocas abiertas y los ojos cerrados yacía una voluminosa silueta quieta, un observador que al parecer recibía más placer al mirar que al sentir, era un hombre grande, obeso, pesista seguramente en sus mejores épocas pero ahora un poderoso ser que mantenía una erección muy firme desde su lugar, era el señor del recinto, el oso de la cueva y a su alrededor sus ninfas y faunos se entregaban a sus caprichos, me miró fijamente y me invito a sentarme.Avance ...