Mi arrepentimiento
Fecha: 09/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mismo en desayuno, que un café por la tarde o un par de huevos por la noche.
Fue precisamente en una de esas noches que la necesidad fisiológica de mi comadre la hizo ponerse bastante cachonda, casi me pidió que me la cogiera y ...cedí.
La escena me recordó aquella mi primera vez con Lilia, la empleada de mi padre, que me forzó a tener mi primera relación sexual con ella.
Igual que Lilia, Paula se me encaramó en el sofá donde yo estaba sentado y comenzó a besarme con gran pasión y desesperación al mismo tiempo. Sus labios succionaban los míos al mismo tiempo que su lengua penetraba en mi boca para jugar con la mía.
No tardó mucho en comenzar a utilizar sus manos, primero para desvestirme totalmente en unos cuantos segundos y enseguida para coger mi garrote y con las dos manos a subir y bajar mi prepucio, para dejar totalmente libre la cabezota, a la que comenzó dando ligeros toques con sus labios.
Sí que mi comadre estaba urgida de verga.
Como toda una maestra, comenzó a frotar con su lengua el frenillo en la parte de abajo del glande, lo cual provocaba que mi verga se pusiera más y más dura.
Luego, quién sabe cómo, comenzó a meter y sacar mi estaca hasta el fondo. No sé dónde le cabían mis más de 7 pulgadas de carne, pero, sobre todo, lo grueso de mi verga.
No tardó mucho en pedirme lo que yo sabía: "Cógeme", me suplicó. No me hice del rogar, calientísimo como estaba e inmediatamente la puse boca arriba y le abrí las piernas para dejar su hermosa ...
... cueva, con sus vellitos bien recortados y totalmente empapados, a mi vista.
Le coloqué la cabeza del garrote en la punta y comencé a restregárselo en los labios vaginales y en el clítoris, lo cual la enloqueció, pues al tiempo que me daba una cachetada, me gritó: "Ya,. Qué esperas. Métemela, que no vez que me estoy quemando?.
Y, ni hablar, verga para qué te quiero y se la dejé ir toda, de un solo golpe, hasta que solo los testículos quedaron de fuera.
Para las primeras dos o tres embestidas, ya las piernas de Paula estaban totalmente abrazadas a mi espalda, con tal fuerza que pareciera que me quería succionar por su vagina.
Cuando sentí su tercer orgasmo pensé que era la hora de entregarle mi carga de semen.
Cuando quise sacarle la verga para eyacular fuera de ella, pues no habíamos utilizado preservativo, ella aplicó más fuerzas a sus flacas piernas y lo impidió, de manera que mis chorros de semen quedaron en su interior.
Esa fue la primera relación de la noche, que en total sumaron cinco, hasta que el sol nos indicó que estábamos en un nuevo día.
Sin ponerme calcetines ni trusa, mi vestí como pude y con apenas un rozón de labios me despedí.
Fue la primera y única vez que tuvimos relaciones.
A los cinco días regresó Rafael y con él mi tranquilidad.
La cual duró apenas unas semanas, pues un buen día hasta mi despacho se presentó mi comadre, con una sonrisa de oreja a oreja y, al tiempo que me extendía un documento sobre el escritorio, me espetó: "Vas ...