La Médica de guardia - Relatos Eróticos

La Médica de guardia

Esa noche había dejado a Ana sola en casa, para disfrutar una cena de camaradería con amigos, colegas y clientes de nuestro estudio.Estábamos todos felices y de muy buen humor, celebrando buenos negocios que habían logrado los dueños con unos nuevos inversores.Pasada la medianoche, después de una opípara cena y varios tragos extra, nos fuimos despidiendo y cada uno fue rumbeando para su casa.Yo había disfrutado de una comida bastante pesada y ahora en el viaje de regreso sentía ciertos dolores en el bajo vientre.Antes de llegar a mi casa el dolor comenzó a hacerse insoportable y entonces decidí dirigirme a un hospital cercano para que me diagnosticaran la dolencia y me recetaran algo para aliviarme.Me acerqué al mostrador en la sala de guardia y me hicieron esperar unos minutos. Finalmente llamaron mi apellido y entré al consultorio.Me recibió una Médica de guardia. Una muy interesante mujer madura, llegando casi a los cincuenta años. Una morocha esbelta y muy elegante; sobriamente maquillada y con una mirada detrás de sus anteojos, muy insinuante…Me preguntó por los síntomas que yo sufría y, luego de explicárselos, me hizo recostar sobre una camilla. Comenzó a examinarme tocando mi abdomen en diversos lugares y preguntándome si sentía dolor…Me hizo desabrochar los pantalones y siguió examinando mi pubis.Finalmente me pidió que me bajara un poco más los pantalones, haciendo que los dejara a media altura de mis muslos. Entonces comenzó a tocar justo la base de mi pene. ...

... Sentí una especie de cosquilleo algo excitante y entonces traté de concentrarme en el dolor. Me parecía una locura que mi verga fuera a ponerse justamente dura mientras esa mujer me revisaba…Mientras trataba de poner mi mente en blanco sintiendo sus dedos tan cerca de mi pija; la Doctora tomó mi pene entre sus dedos índice y pulgar, procediendo a descubrir mi glande.Lo rozó apenas con la punta de sus dedos y me preguntó si ese roce me causaba dolor. Le respondí que no, pero para ese entonces sentí que mi verga comenzaba a ponerse dura entre los dedos de esa mujer.La Médica pareció no inmutarse por mi reacción. Simplemente repitió la operación varias veces, hasta conseguir la erección total de mi verga.A esa altura, el dolor en el bajo vientre había quedado en segundo lugar…Esa sensual mujer de pronto comenzó a masturbarme; o eso es lo que a mí me pareció, ya que empezó a acariciar rítmicamente la base de mi verga, mientras sus otros dedos subían y bajaban a lo largo de todo el tallo…Me quedé boca arriba mirando el cielorraso; hasta que cerré los ojos para tratar de no pensar en lo que estaba haciendo esa mujer.De repente sentí un calor envolviendo la cabeza de mi verga y entonces abrí mis ojos, sin poder entender nada. Levanté un poco mi nuca y pude ver que ahora la boca de esa sensual Doctora estaba succionando mi verga.Me miró directo a los ojos y dejó de chupar, para preguntarme si todavía sentía dolor. Antes de que yo pudiera contestarle, ella agachó su cabeza nuevamente y ...