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Las frutas también son una excelente opción
Fecha: 28/08/2020, Categorías: Infidelidad Autor: GoodBrother, Fuente: CuentoRelatos
... atrás dándole así una rica cogida a mi apetitosa papaya. Para entonces yo estaba todo caliente, la papaya no perdió su textura ni siquiera con la entrada de la verga, yo podía ver como mi verga se desaparecía totalmente en aquella deliciosa fruta y luego volvía a aparecer nuevamente con algo del color naranja propio de la papaya mezclado con mis jugos de la verga, lo que sentía y veía era algo muy halagador y estaba totalmente excitado, así que seguí bombeando por un buen rato cuidando de no eyacular pronto ya que las sensaciones estaban deliciosas. Llegó el momento en que ya la calentura no me permitió aguantar más y comencé a descargar mi leche en lo más profundo de aquella papaya pegando totalmente mi pelvis. Fueron chorros muy abundantes hasta que al final quedé como paralizado con la verga bien clavada en la papaya. Cuando saqué la verga, ésta todavía estaba muy dura y la entrada de la papaya aún no perdía rigidez. Me lavé y proseguí con mi trabajo de partir la papaya, cuando la dividí por la mitad y observé el interior, me acordé de los ...
... tres plátanos que le había introducido para sentir apretadito el agujero y al verlos que estaban casi deshechos por tanto mete y saca y la revoltura con mi descarga de leche me produjo tal excitación que se me antojó probarlos, como si fuera un banana split, solo que en lugar de nieve, era mi propia leche. Se volvió a apoderar de mi la lujuria y se me volvió a poner dura la verga, busqué una cuchara y batí un poco los plátanos con mi leche usando la mitad de la papaya como plato y lo comencé a saborear, tal vez el sabor no era lo más importante lo que en realidad estaba pasando por mi mente era que estaba comiendo mi propia leche a cucharadas. En verdad era tanta mi calentura que me comencé a masturbar al mismo tiempo que degustaba el plátano con mi propia leche. Fue tal la calentura, que en pocos instantes, volví a descargar mi leche ahora sobre mis propias manos quedándome prácticamente sin fuerzas. Terminé de saborear mi plátano con leche con la idea de volverlo a hacer en cuanto consiga otra papaya como aquella y me encuentre solo en casa.