1. Elena (A.C.) - mi masoquista III


    Fecha: 30/08/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo hice, pero me detuve… Y HASTA LA FECHA ME LO RECRIMINO Y ME ARREPIENTO, pues no se me ha presentado otra oportunidad así… y dudo que se me presente. Me excuso en no querer lastimarla.
    
    Retiré lentamente mi allanamiento en su vagina y para mi sorpresa, ella se enfadó de dicha acción.
    
    —¿Por qué paras? – me preguntó jadeante y aun con las piernas abiertas.
    
    —No quiero lastimarte
    
    —¿Cuándo te ha importado eso? Vamos, méteme tu puño – me instó
    
    —Pero si estabas gritando de dolor… - intenté defenderme
    
    —¿Y? Tu sigue, además sé que es tu fantasía… - me dijo, pero logró vislumbrar una honesta preocupación en mi mirada - ¿Seguro que no quieres seguir? Yo quiero que lo hagas…
    
    —No, no quiero lastimarte…
    
    —Ok… Está bien, no te preocupes – me tranquilizó – pero espero que cojas como se debe, porque he estado extrañando tus nalgadotas…
    
    —Eso lo haré con gusto.
    
    Me empujó y se clavó mi verga en el acto. Ella misma comenzó a cabalgarme y no hice esperar los golpes. Cada nalgada resonaba con fuerza, pero ella sólo gemía de placer. Tras 5 minutos de estar así, me incorporé y le dije que se levantara completamente. Ella obedeció sin rechistar. Le ordené juntar sus piernas e intentar, sin flexionar las rodillas, tocar sus pies con las manos. Ella adivinó la posición que quería y lo hizo, dejándome expuestos sus orificios y sus nalgas. Me coloqué a su lado, acariciando sus nalgas, su vagina y su ano. Le descargué dos desmesurados golpes en el culo y uno en la vagina. Ni ...
    ... siquiera gimió. Otra tanda de tres azotes y nada. Lo que si note, fue el aumento de humedad en la vagina.
    
    Descargué tres tandas más de tres azotes cada una y no pude más, se la clavé. Ella se apoyó en un árbol y comenzó la jodienda. Nalgadas más, nalgadas menos, estuvimos así durante unos 10 minutos hasta que yo estaba a punto de correrme y ella también, cuando, de pronto, escuchamos pasos apresurados cerca de nosotros. Eso sí, nunca paramos de coger.
    
    Rogamos a que la potente oscuridad que reinaba en aquella nublada noche fuera suficiente cobijo para nuestra fornicación y Elena se quedó paralizada con la siguiente escena que tuvo lugar ante nuestros ojos. Se acercaba una pareja hacia donde estábamos; sin embargo, no se percataron de nuestra presencia. Nuestra sorpresa fue tal, al ver en topless a la hermana de Elena, seguida de uno de los tipos de la fiesta. Ambos venían riendo y se toqueteaban de vez en vez. En un momento dado, la hermana de Elena se colocó de frente a su pareja y le ofreció sus prominentes pechos. El tipo los tomó y comenzó a mamarlos. Su hermana masturbaba a su acompañante por encima del pantalón.
    
    Sin darme cuenta, había aumentado el ritmo, pero Elena estaba petrificada. La tomé del pelo y tapé su boca con una de mis manos. Y la seguí cogiendo mientras, ambos observábamos a la pareja en frente nuestro.
    
    Su hermana ya había bajado el pantalón y se acariciaba la verga al tipo, mientras se besaban. A los pocos minutos, el tipo le bajó el pantalón, ...