1. Elena (A.C.) - mi masoquista III


    Fecha: 30/08/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... miraba a los ojos, con súplica. Le pedí que me diera el otro brazo y se negó. Tomé el otro brazo por la fuerza y con una mano logré sostener ambos brazos. Con la mano libre volví a azotar sus ya maltrechas ubres y ella me gritó suplicando que parase. Sentí la resistencia de sus muñecas al querer parar el segundo golpe, pero la tenía bien sujeta. Bajé mi mano libre a su vulva y la encontré totalmente anegada. Si, había mucha sangre, pero había más flujo. Le metí 3 dedos en la vagina y entraron sin problema y ella gimió… ¡Zás! Otro golpe en sus tetas a los que le siguieron una veloz ráfaga de 3 más alternados en cada una de sus tetas para terminar con un pellizco y estiramiento de sus pezones que la hizo gritar de dolor y empujarme para detener su suplicio. Instantes después me abalancé sobre ella y la besé con pasión.
    
    Esperaba encontrar resistencia, pero me abrazó y correspondió el beso con lujuria. Con mis caderas busqué nuevamente su vagina y la penetré comenzando un ritmo lento pero firme. Ella me lo agradeció con un gemido y cerrando sus piernas alrededor de mis nalgas. Seguí así durante unos 5 minutos más y le avisé que me venía. Ella me abrazó con más fuerza y me metió la lengua hasta la campanilla. La inundé nuevamente de mi semen. Nos quedamos así, pegados un buen rato, mientras compartíamos nuestra saliva y nos decíamos cuanto nos amábamos.
    
    Me incorporé y le dije que fuéramos a lavarnos. El baño fue delicioso. Ambos nos enjabonamos y nos besábamos a cada ...
    ... ocasión. Ella me agarraba las nalgas y la verga cada dos por tres. Tuve especial cuidado cuando sobé sus pobres pechos, que, estaban un poco morados del maltrato recibido… y estaba orgulloso de ella, pues lo había soportado, aunque no tan bien como quisiera.
    
    —Perdóname si te lastimé de más – le dije mientras le enjabonaba las tetas bajo el chorro del agua.
    
    —Yo te provoqué – concedió con una sonrisa – así que yo me lo busqué
    
    —Te doy la razón en esa, pero si he de ser sincero, me gustó hacerlo
    
    —Y a mí me gustó que lo hicieras – me contestó mirándome fijamente a los ojos.
    
    —¿En serio? – pregunté asombrado
    
    —Si, pero por favor, ya no me pegues en mis chichis – me suplicó – pégame en la pucha o en las nalgas, pero en las chichis ya no, jajaja
    
    —Me parece un trato justo – acepté y le solté una buena nalgada y ella me besó bajo la regadera mientras con una de sus manos, dirigía la mía para que le diera otra nalgada.
    
    Dicha acción le dio la vitalidad que necesitaba a mi flácido miembro y le besé indecentemente en los labios mientras recorría libremente su cuerpo. Ansiaba penetrarla, pero la regadera de su casa no se prestaba para coger, dado que era pequeña. Así que, mientras nos besábamos y tocábamos, medio nos secamos y nuevamente nos dirigimos a su cuarto. Ella, inmediatamente se puso a 4 patas, ofreciéndome una hermosa vista. Obscenamente se abrió las nalgas y me instó a que la cogiera. Al instante se la clavé y comencé un frenético mete y saca que ella agradeció. En ...
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