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LA TÍA CASILDA
Fecha: 12/09/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Era verano. Estábamos en el monte, bajo un viejo roble. Yo tenía 13 años y mi hermana Rosa tenía 12. Ella había estado unos días en casa de nuestra tía Amalia, una mujer rubia, morena de 28 años, con medidas de modelo, talla XXXL, muy guapa, y soltera porque le daba la gana. Mi hermana, que era delgadita y preciosa, tumbada boca arriba sobre la hierba y mirando para unas nubes que pasaban, me dijo: -La tía Amalia me hizo cosas y me corrí tres veces -Mentirosa. Las niñas no se corren. -Si que nos corremos. -A ver. ¿Como te hizo para que te corrieras? -Yo estaba dentro de una bañera echando agua sobre mi cabeza con una regadera. Vino ella. y me enjabonó la espalda. Después me enjabonó las tetas, Luego me enjabonó la almejita, y al ver que la tenía mojada de mis flujos, me metió un dedo dentro y me besó con lengua hasta que me corrí. -¡¿Te metió la lengua en la almejita? Mi hermana se dio la vuelta y me besó con lengua. -Me besó así. Con la lengua me hizo correr después, con la lengua y con el trozo del rabo de una escoba al que puso un condón. -¿Y ella no se corrió? -Sí, en mi boca, enseñándome a comer su almeja. Me volvió a besar. Cogí un empalme brutal. Mi hermana vio el bulto y me sacó la polla. Le pregunté -¿Me la chupas? -Si me la chupas tu a mí después. -Trato hecho. Mi hermana metió mi polla en su boca y yo, al sentir el calorcito y la humedad de su lengua, le llené la boca de leche. Se la tragó. Después se quitó la blusa y vi sus pequeñas tetas. con sus pezoncitos ...
... erectos -Chupa mis tetas. Se las estaba chupando cuando quitó la falda y las bragas. Tenía el chochito rodeado de vello negro. Metió un dedo dentro, lo sacó empapado y comenzó a tocarse un botoncito que tenía encima de los labios del sexo. Al momento empezó a gemir. Su respiración se fue acelerando y sus gemidos subieron de tono. Me dijo: -Me voy a correr. Lámeme el jugo de la almejita y después el botoncito donde tengo el dedo Hice lo que me mandó. Se corrió y me llenó la boca de un jugo calentito mientras se estremecía con el placer. Aquello me gustó. -Enséñame a comer la almejita, a comerla bien comida. ¿Quieres que me vuelva a correr en tu boca? -Sí. Además la semana que viene voy yo a casa de tía Amalia y. -¡Pillín! Me enseñó, diciéndome donde y con que cadencia debía lamer y chupar. Se volvió a correr en mi boca. . Mi hermana ya necesitaba llegar hasta el final. -Quiero sentirte dentro de mí. -¿No te dolerá? -Ahora mismo lo voy a saber. Subió encima de mí. Cogió mi polla con la mano y la fue metiendo. Entró muy apretada, pero no le dolió. La tía Amalia había hecho hueco con sus dedos y con el trozo del rabo de escoba. Al poco de meterla me corrí dentro de mi hermana. Un cuarto de hora después, mas o menos, mi hermana, me dijo: -Ya estás preparado para follar a la tía Amalia, a la tía Amalia y a cualquier otra mujer que quieras que quieras, que quieras, que. ¡¡¡Me cooooooooooorro!!! Algún día contaré las doce veces que en una noche hice correr a mi tía Amalia. Quique
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